La decisión del gobierno de Michelle Bachelet de autorizar el uso del carnet escolar las 24 horas del día es absoluta y totalmente correcta. Más aún, nunca debió dejar de ser así y no tenía que ser necesaria una revolución pingüina para que se restablezca, pero bueno, así fue.
Cuando uno es estudiante lo es todo el día. A la hora que está en clases, a la hora que va a estudiar donde un compañero, a la hora que va a saludar a la abuelita o a encontrarse con los cabros del lote pa ir al cine o tomarse un shop. No se es estudiante en clases y adulto el resto del día. Esa es una tontera inventada por los empresarios para ganar más, perjudicando de paso a los sectores de menos recursos que son los que deben movilizarse en locomoción pública.
Cuando yo estudiaba pagábamos escolar siempre, porque esa es la condición de uno: ser estudiante. Y ningún chofer tenía derecho a decirnos nada. Pero claro... la dictadura cambió parámetros y privilegió el tener y tener. Y a los choferes los hicieron creer que con los escolares pierden plata. ¿Acaso ellos no tienen hijos en edad escolar?
1 comentario:
Toda la razón con la reflexión.
Lo peor de esta situación de los choferes es el pánico de tener que enfrentarse a quizás cuál estupidez del chofer cuando te subías a la micro, que te tenía esperando 30 segundos con la mano estirada sin mirarte o te salía con alguna reflexión filosófica del tipo: "Schiiiii" (con mala cara incluida)
Lo mejor del nuevo sistema del Transantiago, sobre todo para los universitarios, es que nuestros horarios de estudio no se limitan a lunes a viernes hasta las 6.
Muchas veces me ha pasado que he tenido que hacer trabajo los fines de semana, y pasar el pase por la maquinita y que acepte los $120 es una salvación.
Ojalá que este mismo sistema también sea respetado por los choferes de Transantiago.
Qué pena sería que sólo una máquina tenga que tener la inteligencia necesaria.
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