sábado, 23 de febrero de 2008

Una carrera todavía sin ganador

(Tomado del diario ""El Mercurio", febrero 2008).

lunes, 18 de febrero de 2008

Gracias Panchita

La Panchi me ha sorprendido una vez más. Es que no me esperaba esta sorpresa. Y así como ella dice simplemente "30 años de amistad", yo también le digo simplemente "Gracias Panchita".

jueves, 14 de febrero de 2008

Fuego!! fuego!!

En verano generalmente se producen grandes incendios forestales. Ocurre en Chile cada año, pero también ocurre en California, Portugal o Australia, y cada vez con más fuerza y más descontrol. El aumento de las temperaturas, además, provocado por el cambio climático y el calentamiento global, ayuda a expandir este drama, como ha mostrado la televisión en diversos casos.
Se pierden miles de hectáreas en bosques, lo que implica un daño ecológico de grandes magnitudes, pues esas tierras arrasadas por el fuego no volverán a regenerarse sino en decenas, cientos o quizás miles de años.
Pero además de los forestales, la ciudad de Valparaíso ha sufrido grandes incendios en los últimos meses, lo que debe llamar a preocupación. El fuego ha consumido edificios hermosos y tradicionales que son parte de la arquitectura que permitió a "Pancho" ser declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por Unesco.
En el sector patrimonial, varios edificios fueron destruidos por la explosión de febrero 2007 en calle Serrano, otro incendio consumió un edificio histórico en calle Echaurren y hace un par de días un nuevo incendio dañó un edificio en Av. Brasil. Además de los incendios en los cerros, que han dejado un terrible saldo de muerte y destrucción, como el que hace un mes consumió 70 casas en el Cerro La Cruz.
Esta es una situación que debería preocupar a las autoridades y a la comunidad porteña. Aunque suene fuerte, no debiera descartarse la intencionalidad en algunos de estos incendios, que permitan que más adelante esos terrenos se vendan para construir edificios o centros comerciales, destruyendo el rico y hermoso patrimonio de Valparaíso.
Ojalá haya más prevención y preocupación para que el fuego no siga causando tanto daño.

domingo, 10 de febrero de 2008

Primer año de Transantiago

El 10 de febrero del año pasado se desató el caos en la ciudad de Santiago. Con su terquedad, autoritarismo y demagogia, Ricardo Lagos (presidente entre 2000 y 2006), quien quería pasar a la historia a como dé lugar, ideó un nuevo plan de transporte público para la capital chilena que se ha transformado en el mayor fracaso de las políticas públicas en la historia de Chile.
Ratificando por qué ha sido el presidente más amado por los grandes empresarios, el plan de transporte de Lagos se basa en un concepto inequitativo, concentrador y antidemocrático: monopolizar el transporte colectivo en diez grandes empresas, obligando además al Estado chileno a hacer enormes gastos en financiar partes del plan, cuando NUNCA en la historia de Chile se usaron fondos públicos para hacer funcionar el transporte público (que lo hacía mejor que ahora además). Aunque algunos amigos me digan que el monopolio es bueno si es eficiente, yo creo que no, que el monopolio siempre es perjudicial para las mayorías, porque deja en la indefensión al consumidor ante los abusos del ente monopólico. Es preferible ser "menos eficiente" pero más igualitario.
Lagos dejó firmados los contratos con las diez empresas, con plazos estrictos y fuertes multas ¡¡en perjuicio del Estado!! si no se implementaba en las fechas indicadas. Yo creo que esa fue la principal razón que tuvo el gobierno de Michelle Bachelet para echar a andar el proyecto, a pesar de las dudas que generaba, pues se encontró con las manos atadas. Porque Lagos, al igual que Pinochet, dejó todo amarrado en beneficio de un pequeño grupo de grandes empresarios (los bancos más poderosos de Chile también son socios del plan, en calidad de administradores financieros, AFT) que ahora se lleva a sus bolsillos los millones de dólares que genera diariamente movilizar a 4 millones de santiaguinos, dinero que hasta antes de este plan llegaba a las manos de 3.000 ó 4.000 pequeños y medianos empresarios.
Ha habido una gran campaña para desacreditar el anterior sistema de transporte, el de las micros amarillas (campaña interesada, "políticamente correcta" le llaman), pues todos los que opinan no usaban las micros ni lo hacen ahora tampoco, con lo cual tratan de hacernos creer que lo que tenemos hoy es mejor que el sistema anterior, lo cual no es cierto, no solo porque el Estado no necesitaba poner 45 millones de dólares al mes para que el transporte público funcione, sino porque como servicio el anterior sistema buscaba rentabilizarse satifaciendo al usuario, mientras el actual busca exclusivamente beneficiar a los empresarios y el usuario pasó a la categoría de cliente. Esa es la gran diferencia, que no será solucionable porque es un tema de concepto, de objetivo final del plan. Por lo tanto los de a pie estamos indefectiblemente jodidos.
Pero también es un deber reconocer qué pasa en las calles un año después: la movilización es en general más rápida y menos atochada que antes, porque ahora la gente se amontona en el metro en unas aglomeraciones inhumanas, por lo que las micros son hoy mucho más utilizables que antes. El Metro -además de la gente- ha sido el gran perjudicado. Pasó de 1,2 millones de pasajeros diarios a 2,3 millones, lo que lo colapsó y lo hace insufrible e invivible. Creo que no hay ninguna hora en que no vaya lleno y re-lleno y las cualidades de comodidad y servicio de las que gozó por 30 años se fueron de un plumazo al tacho por culpa del inefable señor Lagos. Pero claro, quizás ahora Metro tiene más utilidades y a Lagos y su camarilla solo le interesa que aumenten los ingresos.
Sin embargo, y justamente porque es parte de nuestra diaria necesidad de movernos en la ciudad, hay que luchar para que el plan funcione mejor. Me guste o no como concepto, la vida diaria se afecta demasiado si el transporte anda mal, por lo que incluso hasta podría aportar a su mejoría si fuera necesario.
Pero no todo es malo. Nada en la vida es blanco o negro, todo tiene matices. Y por supuesto en Transantiago algunas cosas funcionan: menos micros en las calles, lo que ha cambiado favorablemente la contaminación visual, acústica y medioambiental; micros más utilizables (porque la gente prefiere ir como sardina en el metro) ; servicios nocturnos que funcionan; viajes más baratos porque se pueden hacer hasta 3 trasbordos por el valor de un pasaje.
Y muchísimas que no funcionan: mala distribución de paraderos, mala señalización de los recorridos (unos números que casi no se ven en los paraderos y que no son actualizados cada vez que se modifican o crean recorridos), mala denominación de recorridos.
Pero lo peor es que ahora la mayoría de las empresas (porque algunas funcionan bien, como TransAraucarias y SuBus) hacen y deshacen en perjuicio del usuario. En las horas de menos pasajeros (entre las 13 y 16 horas) demora largos minutos en que pase un bus y uno acumula rabias. Además que es habitual que los buses no se detengan ni siquiera en los paraderos que corresponde, lo que suma más rabias. Y entre rabias e impotencia se nos van los días.
El ministro Cortázar ha hecho grandes esfuerzos por solucionar temas de contrato y recorridos para "salvar" el Transantiago, pero dado que ni él ni los ingenieros y funcionarios son usuarios del transporte público, los problemas en la calle, en el día a día, los que vivimos los usuarios siguen sin solución.

domingo, 3 de febrero de 2008

Al Polito



El Polo era el joven vecino que aquí en la Villa (población o condominio, como se le quiera llamar) hacía todas las tareas comunitarias. Estaba siempre presente. Cuando uno llegaba, cuando uno salía. Cada vez que uno se asomaba y miraba para la plaza, siempre el Polito estaba ahí. Regando el césped, cuidando las plantas, barriendo la calle, recogiendo la basura. Y los lunes, miércoles y viernes desde muy temprano empezaba a sacar las bolsas para esperar que pase el camión recolector y después dejar todo limpio. Andaba con la manguera, con la pala, con la escoba y era una parte esencial de la vida de la Villa.
- Hola Polito, como estai?
- Hola vecino, contestaba, como está el trabajo.
Pero ahora ya no estará más y a todos nos va a hacer mucha falta su presencia. Sufría de epilepsia y no podía trabajar fuera, entonces se encargaba de lo que nadie hace aquí y además lo hacía bien y con dedicación. Después del que sería su último ataque se fue en el sueño.
A diferencia de lo que se dice de todos los muertos, él si era bueno. No fumaba, no tomaba, no le faltaba el respeto a nadie, era casi inocente se puede decir. Se enojaba a veces, pero principalmente cuando sentía que abusaban de él, porque no faltan los que de repente quieren aprovecharse de los demás. Por eso hoy, decenas de vecinos fuimos a acompañarlo al cementerio y me pareció muy bonito, porque era un reconocimiento justo. Te extrañaremos Polito.
Y esta maravillosa canción de Víctor Manuel, "Solo pienso en tí", sobre dos jóvenes discapacitados, me parece apropiada al hablar del Polo.