sábado, 2 de abril de 2011

La iglesia de los ricos

Durante muchos años se habló de la iglesia de los pobres, de la teología de la liberación, de la opción preferencial por los pobres, sobre todo en América Latina. Grandes hombres hicieron un admirable apostolado en función de acercar a la Iglesia a los más necesitados.

Pero vino Juan Pablo II (secundado por el inquisidor Ratzinger), para derechizar por completo a la Iglesia Católica. Aprovechando la admiración y credibilidad que la mayoría de la gente le daba al Papa, poco a poco fueron fortaleciendo a los sectores más conservadores de la iglesia en cada uno de los países del mundo.

Al final, cuando Wojtyla murió, los cambios ya estaban consolidados y nadie hablaba ya de la opción por los pobres, excepto en los discursos para la televisión. Su escudero en la Congregación para la Doctrina de la Fe asumió en pleno los poderes y todo sigue tal cual lo impuso J.P.II

En Chile, se consagraron solo obispos de derecha, jóvenes en su mayoría, provenientes de los sectores más reaccionarios de la Iglesia, y tomó gran fuerza no solo el Opus Dei, sino también Los Legionarios de Cristo, grupo fundamentalista en sus principios, mucho más oligarca, aristócrata y conservador.

En este marco, no me parece casual que el escándalo de los delitos sexuales del cura Karadima ocurran en la Iglesia de los Sagrados Corazones de El Bosque, donde sus feligreses representan precisamente a lo más rancio de las familias más pudientes del país, porque el eje de decisión en la Iglesia chilena se trasladó tan rotundamente al barrio alto (mucho más que antes quiero decir) que hasta las denuncias por acciones de índole sexual provienen ahora desde los sectores altos.

Mientras, millones de chilenos "de Plaza Italia p'abajo" somos simples observadores de un espectáculo en que no tenemos arte ni parte. Las víctimas tampoco son cualquier víctima, también son "de buenas familias" y por lo tanto los defensores de Karadima no pueden ningunearlos, es un show reducido estrictamente a la "gente linda".

Y para rematar todo este denigrante espectáculo, ahora hay una Karadima mujer: la monja superiora de la Ursulinas también ha sido acusada de delitos sexuales cometidos contra alumnas de ese exclusivo "colegio de señoritas" de Vitacura. La iglesia de los ricos es hoy la única voz de la iglesia católica, hasta para mostrar los bajos instintos.