martes, 9 de septiembre de 2008

Avísenle a la Presidenta

Si alguien ve a la Presidenta, por favor... avísenle que murió calcinada Juana María Pichinao y otras 5 personas que aún no han sido identificadas, en el pueblo de Santa Bárbara en la Región del Bío Bío. Así la autoridad podría entregar su pésame a las familias respectivas y enviar el avión presidencial por si necesitan algo, tal como lo hizo, con justificada razón, para la tragedia de las estudiantes del Colegio Cumbres en días pasados.
Habría que decirle que la noticia de esta tragedia apenas ocupa algunas líneas de los diarios de hoy. Si se entera de este hecho, la Presidenta podría encomendar a la Ministra de Educación o a alguna otra autoridad para acompañar a los deudos y poner cara de pena en las noticias de las nueve.
Habría que informarle también que se trata de familias muy pobres, que vivían hacinados en una casa de madera y calentaban sus huesos con carbón y que eso incendió su carencia. También decirle que no son nombres muy conocidos ni relacionados con las mayores fortunas del país, ni son dueños sino de su miseria. Y sugerirle que haga el mismo gesto que hizo con los familiares de las familias ricas y poderosas.
E informarle que no se ha escuchado de ninguna autoridad algún mensaje de condolencias para las familias afectadas. ¿O será que no son suficientes 6 muertos y que 9 sí lo son?, será que morir en un accidente de tránsito es distinto que achicharrados en una casucha de madera? Habría que avisarle también que entre los muertos hay un niño. Gracias.

Esta carta ha circulado profusamente por internet. No sé quien la escribió, pero a mí me ha llegado ya unas 6 veces desde el mismo día 4. Para aquellos que les falte información, lo voy a contextualizar un poco:
El 29 de agosto, bajando desde Putre hacia Arica, murieron en un lamentable accidente carretero 9 alumnas del Colegio Cumbres. Este colegio es de un grupo fundamentalista denominado Legionarios de Cristo y las niñas trágicamente fallecidas eran todas de las familias más poderosas del país, con apellidos como Echeverría Larraín, Errázuriz, Bezanilla, Matte, Barros Vial, etc.
Ante la conmoción que provocó la noticia y la forma en que la prensa llenó páginas y páginas para generar más lástima, la Presidenta mandó el avión presidencial para cooperar con el traslado de los cuerpos, la Ministra de Educación fue encomendada para dar las condolencias en nombre del gobierno y los canales de televisión llenaron centenares de minutos con la noticia y las entrevistas a los "importantes ciudadanos" que habían sufrido tal desgracia.
Una semana después, en un trágico accidente doméstico, murieron 6 personas pobres en una pequeña ciudad pobre del sur del país, del cual se habló brevemente en la sección policial de los noticieros.

A esto se refiere la carta. A esto que ocurre y ha ocurrido siempre en Chile: que la discriminación es social. A la gente se la mide según la clase social a la que pertenece o de la que proviene. Y es una cuestión tan fuerte y asentada, que se repite y replica por los siglos de los siglos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es demasiado triste, pero es la verdad, este es el país en que vivimos....
Qué puedo hacer yo como simple ciudadana? Sólo en el día a día ser lo más justa posible...a pesar de que eso tanbién es subjetivo...actuar coherentemente...eso.
cariños tío Renis y sigue con tu blog que me hace reflexionar.