sábado, 4 de octubre de 2008

Una alegría que hizo historia

El 5 de octubre de 1988 tuvo lugar la gesta cívica más trascendente e impresionante de la historia de Chile.
Quince años después del golpe de Estado, Pinochet se sometió al escrutinio popular confiando en que los resultados prolongarían la dictadura por ocho años más.
Pero con un lápiz, tal cual, con el lápiz que se vota, el pueblo chileno le dijo que NO a la perpetuación del régimen.
Meses antes empezaron a aglutinarse las diversas fuerzas políticas de oposición a Pinochet, para darle la pelea -en su terreno y con sus reglas- a la posibilidad de recuperar la democracia a través del NO en el plebsicito. Como muchos, me inscribí en el registro electoral en enero, pues si se diera la posibilidad de estar en Chile pa'l plebiscito sería inadmisible no poder votar.
Cuando empezó la franja política, es decir, la propaganda autorizada para ambas opciones, la canción del NO: "La alegría ya viene", caló tan profundamente que aún sigue presente en la memoria colectiva. Todos los días había un spot nuevo: la señora de la bolsita de té, el impacto de la entrevista a la mamá de Caszely, los limpiaparabrisas o el montón de pies diciendo que NO, el Estévez chico cruzando el puente, todo fue bien hecho y logró emocionar y sobrecoger a todo el país. A Quito nos llegó un video en VHS con la grabación completa de la franja del NO, que se dio en Ceplaes durante varias horas, pues todo el mundo quería verla.
El día del plebiscito, miles de personas esperaban su turno para votar. Y en la noche... ese pobre hombre que era el subsecretario (no merece decir su nombre), dio un par de mesas de la Antártida para decir que ganaba el SI a Pinochet, cuando los cómputos del Comando del NO y de Coooooperativa decían lo contrario. Más tarde, la duda, la inquietud, nada se sabía, cundían los rumores, hasta que el general Matthei reconoció el triunfo del NO al entrar a La Moneda, donde -se dice- Pinochet obligaría a desconocer los resultados, lo que ya no pudo hacer.
Al otro día, el viernes 6, el titular también histórico del Fortín Mapocho: "Corrió solo y llegó segundo" y los miles de personas que llenaron las calles a celebrar que empezaba el fin de la represión, del oscurantismo, que podía haber una nueva vida, que se podría recuperar la democracia y, además, abrir las grandes alamedas.
Mientras, en Quito nosotros estuvimos todo el día en el Parque La Carolina, frente a la embajada chilena, realizando un simulacro de votación e invitando a los vehículos y transeuntes a repudiar a Pinochet. En la tarde, un grupo reducido nos fuimos a la agencia de noticias France Press (en esa época no existían el mail ni el chat, tampoco había cable ni se podían escuchar las noticias por internet). Pegados al teletipo, íbamos siguiendo los hechos, hasta que llegó el flash definitivo: Matthei había reconocido el triunfo del NO.
Sin duda, el plebiscito de 1988 es la mayor gesta cívica de la historia de Chile. Veinte años después, algunas cosas se consiguieron y muchas siguen pendientes, pero eso será parte de un siguiente comentario, porque el plebisicto fue el triunfo de la limpieza, la honestidad y la justicia. Y hoy es eso lo que merece recordarse.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué de recuerdos! Yo estaba en Miami, completamente escéptico ante la posibilidad de que pasara lo que pasó, pero con un poquito de esperanza. Después de todo ya había pasado en Uruguay.

Al final hicimos una fiesta en mi casa con amigos de la Brigada Venceremos (los llamados 'capullitos') y de una organización de corte trotskista que se llama(ba) LACASA (Latin American and Caribbean Solidarity Association). Ellos nos habían ayudado apenas dos años antes a organizar una manifestación anti Pinochet el dia 11 de septiembre, que llegó a las pantallas de TV y a la radio Pública Nacional en La Florida. Fue cuando lo de los degollados (cuánta sangre, cuánto dolor derramado!).

Por eso da más lástima ver cómo tanta gente reniega de los principios y se aferra a las agenda política, abjura de la defensa de los derechos humanos y de la intransable lucha por la libertad (aquella verdadera, absoluta) y se refugia en nombres y eslóganes.

Al final, el triunfo del NO, fue el triunfo del Sí...sí se puede!

Un abrazo.

Jorge

Anónimo dijo...

Que cosas, no? De cuantas cosas esta compuesta nuestra memoria ... ese NO al Pinochet fue muy sentido en America Latina, desde la Patagonia al Rio Grande, desde luego con sacudones dondequiera cabalgara un latinoamericano indignado y esperanzado. Recuerdo haberlo celebrado en Otavalo, entre los que ya por ese entonces empezaban en Ecuador a tomar la posta del movimiento obrero debilitado ...

Y, que curioso, en medio de ese NO tan esperado, la izquierda traviesa se habia inventado la manera de escabullir la censura y la represion mediante la burla y la ironia. De toda esa jornada me acuerdo de un cassette que llego a mis manos desde Chile con musica de una personaje curioso: la FLORCITA MOTUDA. Yo no tenia ni idea de que se trataba. Y claro, al escucharlo entendi que habia otras maneras de expresar las eazones y mantenerse firme, mas alla del discurso grave o la cancion acartonada.

Cuantos recuerdos, cuantas cosas todavia vigentes, cuantas esperanzas todavia por compartir ...

Pepe

Renattus ® dijo...

Me alegro enormemente por haber provocado en ustedes hacer brotar esos recuerdos tan lindos, sentidos y sencillos.
Yo no sabía cómo pasó Jorge el plebiscito en Miami ni sabía que el Pepe estuvo en Otavalo ese día, porque yo estaba demasiado ocupado en Quito todo ese tiempo.
Incluso saqué un número especial de PUNTO DE VISTA dedicado solo al plebiscito, además de ayudar en las actividades que se hicieron ese día, así que mucho que hacer.
Y pensar que hubiera sido tan lindo estar ese día en Chile... Creo que es el único día que hubiera deseado estar en Chile!!