La presidenta argentina Cristina Fernández envió al Congreso Nacional un proyecto de ley por el que se devuelven al Estado los fondos previsionales de los trabajadores argentinos, que desde 1994 (cuando Menem impuso el modelo neoliberal a concho, privatizando y corrompiéndolo todo) manejan las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones, AFJP.
El objetivo de esta importante medida es terminar con el modelo de capitalización individual establecido con la creación de las administradoras privadas y volver al sistema de reparto solidario, en que el Estado asume la responsabilidad de garantizar una vejez digna para todos, entendiéndolo como un derecho social y económico del que no debió excluirse.
El menemismo aceleró las medidas neoliberales, privatizando empresas, bienes y servicios (la previsión, los trenes, Aerolíneas Argentinas y muchas más). Las AFJP siguieron el modelo impuesto en Chile por la dictadura, que modificó en 1980 el régimen previsional, entregando la adminsitración de todos las cotizaciones previsionales de los trabajadores chilenos a las Administradoras de Fondos de Previsionales, AFP, empresas que lucran con el dinero de los trabajadores y enriquecen a los dueños de esas AFP y no a los dueños de los dineros que ellas mueven. Como en Argentina el modelito no se impuso en dictadura, no se pudo obligar a que todos los trabajadores se incorporen a las nuevas administradoras privadas. En Chile hasta ahora se niega la formación de una AFP estatal, pero en Argentina coexisten ambas, hasta hoy.
Actualmente los afiliados del sistema de capitalización individual privado son 9,5 millones, de los cuales aportan sólo 3,6. Mientras que en el sistema estatal de reparto se cuentan 3,7 millones de afiliados activos y se atienden 4,7 millones de beneficiarios. Tal es el desequilibrio del régimen a reemplazarse. La reforma planificada importa transferir 97.000 millones de pesos administrados hoy por las AFJP al ámbito estatal; a la vez que un flujo anual de aproximadamente 11.700 millones de pesos será percibido en el futuro por el sistema único público. Así la progresividad social y la solidaridad intergeneracional de la reestructuración planteada son acompañadas por la racionalidad económica.
La estatización del sistema previsional supone su desmercantilización y el restablecimiento de la noción de derecho social de la jubilación. Es un importante paso en la reapertura de un proceso de recuperación del concepto de servicio público para un conjunto de actividades y bienes cuya disposición constituye el mismo concepto de ciudadanía y acceso que no puede resolverse con la lógica mercantil, siendo la sociedad íntegra la responsable del cumplimiento de los derechos que y el Estado su agente: salud, vivienda, trabajo, educación. La administración de los aportes y contribuciones al régimen previsional por parte del Estado, supone un reordenamiento de los desaguisados financieros de la irresponsable transición con la que se originó el régimen privado.
La recuperación de un régimen jubilatorio íntegramente público completa las disposiciones previas en relación con la inclusión en la percepción de ingresos de ciudadanos excluidos de ese derecho y la ley de movilidad de las jubilaciones. Recupera la noción de solidaridad intergeneracional y garantiza la responsabilidad de la sociedad respecto de la vejez. (Basado en "Página/12").
En Chile los medios de comunicación se han apurado en entregar las más rebuscadas explicaciones para la decisión de "la Sra. K". Es que tienen que evitar que a alguien se le pueda siquiera pasar por la cabeza algo parecido. Las AFP y las ISAPRES (empresas de salud privada) son los mejores negocios del modelo económico chileno y son una teta que ningún gran empresario está dispuesto a dejar de chupar.
"En esta Argentina hay lugar para todos, aún para aquellos que piensan que la Argentina es para unos pocos. Solamente pedimos que nos dejen construir el país que todos queremos y donde podamos estar, un poco mejor, todos los días", dijo Cristina en un acto en el partido bonaerense de San Martín, en agosto pasado.
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