
Desde los atentados a las Torres Gemelas (sept. del 2001) el gobierno de Bush ha entregado más de 10.000 millones de dólares en asistencia a Pakistán, vecino de Irán y Afganistán, para tenerlo como aliado en su delirante lucha contra "el eje del mal". Pero este supuesto aliado no ha colaborado eficazmente ni en la guerra contra los talibanes ni contra Al Qaeda, usando en cambio el apoyo de Bush para reforzar y consolidar internamente la férrea dictadura del presidente Pervez Musharraf.
Benazir Bhutto ya sufrió un primer atentado al regresar al país el 18 de octubre recién pasado, en el que murieron 140 de sus partidarios. Hoy, además del

Benazir Bhutto era una figura controvertida. Primera mujer en gobernar un país islámico, fue elegida primera ministra en 1988 y destituida en 1990 por corrupción, nepotismo y abuso de poder. Electa nuevamente en 1993, el año 96 otra vez la destituyeron, acusada de corrupción. A pesar de todo ello, de sus arrestos y su largo exilio, Benazir ejercía un fuerte liderazgo (sobre todo en la población más pobre de Pakistán) heredado en gran parte de su padre, Zulfiqar Alí Bhutto, primer presidente civil del país, que gobernó en los 70, fue derrocado por el general Zia-ul-Haq y posteriormente ahorcado.
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