jueves, 27 de diciembre de 2007

Pakistán, Bhutto, Bush y la muerte

Hace pocas horas murió asesinada Benazir Bhutto, ex primera ministra y líder de la oposición pakistaní, en un atentado terrorista. No es la primera figura política que muere asesinada en el mundo ni será la última, pero su asesinato se da en un contexto claramente marcado por la influencia norteamericana.
Desde los atentados a las Torres Gemelas (sept. del 2001) el gobierno de Bush ha entregado más de 10.000 millones de dólares en asistencia a Pakistán, vecino de Irán y Afganistán, para tenerlo como aliado en su delirante lucha contra "el eje del mal". Pero este supuesto aliado no ha colaborado eficazmente ni en la guerra contra los talibanes ni contra Al Qaeda, usando en cambio el apoyo de Bush para reforzar y consolidar internamente la férrea dictadura del presidente Pervez Musharraf.
Benazir Bhutto ya sufrió un primer atentado al regresar al país el 18 de octubre recién pasado, en el que murieron 140 de sus partidarios. Hoy, además del atentado suicida que terminó con la vida de Bhutto y otra veintena de seguidores, también hubo un atentado contra un mitin de Nawaz Sharif, a quien Musharraf derrocó en 1998. Extraña "coincidencia" la que persigue a los rivales políticos de Musharraf en las elecciones programadas para el 8 de enero.
Benazir Bhutto era una figura controvertida. Primera mujer en gobernar un país islámico, fue elegida primera ministra en 1988 y destituida en 1990 por corrupción, nepotismo y abuso de poder. Electa nuevamente en 1993, el año 96 otra vez la destituyeron, acusada de corrupción. A pesar de todo ello, de sus arrestos y su largo exilio, Benazir ejercía un fuerte liderazgo (sobre todo en la población más pobre de Pakistán) heredado en gran parte de su padre, Zulfiqar Alí Bhutto, primer presidente civil del país, que gobernó en los 70, fue derrocado por el general Zia-ul-Haq y posteriormente ahorcado.
¿Qué pasará con Pakistán ahora?, cómo justificarán Bush y Musharraf estos asesinatos? Una posibilidad es que "no pase nada", como en el Líbano después de los asesinatos de varios de sus líderes políticos en los últimos años, pero dudo que el pueblo pakistaní se quede pasivo mirando la barbarie que sacude su país. ¿Se desatará la violencia en respuesta al atentado? Veremos en el transcurso de las horas y los días qué sucede.

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