sábado, 18 de junio de 2011

Miles y miles en las calles



La marcha estudiantil de este jueves 16 fue algo extraordinario, espectacular, emocionante. Eran miles y miles de jóvenes que desfilaban, gritaban, caminaban y expresaban su deseo de mejorar la calidad de la educación en Chile.

Estudiantes universitarios y secundarios, trabajadores de las universidades, profesores, trabajadores diversos, ¡¡80 mil personas solo en Santiago!!, que sumadas a las que marcharon en Arica, Iquique, Valparaíso, Concepción, Temuco, Puerto Montt y tantas otras ciudades, hacen un total de 200.000 personas movilizadas por una causa justa y sentida. Además que hay más de 180 establecimientos en paro y tomados por sus estudiantes.



Ni el más optimista imaginó contar con este altísimo nivel de adhesión, aunque habían antecedentes recientes. En mayo marcharon 40.000 personas -también por la Alameda- para rechazar la aprobación del proyecto hidroeléctrico Hidroaysén, en un despertar de la movilización social que sorprendió por su masividad. Luego, otros miles en la primera marcha estudiantil, en la que participaron el rector de la USACH y el de la U. de Valparaíso. Hasta llegar a esta manifestación que llenó la Alameda como hace muchísimos años no se veía.

Aunque distintas en muchas cosas, esta marcha me hizo recordar aquellas de los años 60 y 70, en que la gente salía a la calle sin miedo y también en grandes cantidades. Veinte años de democracia, con todas sus fallas, hacen que hoy la gente se atreva a salir, a pesar de los Hinzpeter, porque a Piñera no le temen (Piñera es un chiste, ni la Ena von Baer parece tenerle respeto). Y a pesar también de los medios de comunicación, que criminaliza las demandas populares, dando amplia cobertura a los destrozos causados por un grupo minoritario de vándalos y no asumen la importancia que tiene como mensaje político el observar a 80.000 personas en completa tranquilidad marchando por el centro de la ciudad.



En cuanto marcha misma, hubo varias cosas interesantes: la alegría de la gente, esa sensación de que participamos comprometidamente pero pasando un buen momento; las comparsas, bandas, muñecos y muchas otras formas de expresión; cómo se sumaron otros actores a una movilización que era de los estudiantes: trabajadores de la salud, Colegio de Profesores, contratistas de Codelco, etc. Los estudiantes hoy (como sucede desde el 2006 además) son el principal motor de la lucha social y los articuladores de muchas demandas, han tomado un rol que antes tuvieron los partidos políticos, pero que lo perdieron entre componendas, clientelismo y prácticas cupulares.



Hace cinco años, la "revolución de los pingüinos" remeció al país. Los jóvenes pedían reformas a la educación y los políticos finalmente le dieron un barniz a las políticas educativas pero no dieron respuesta a las demandas estudiantiles. A pesar que la Presidenta formó una gran Comisión que le entregó recomendaciones, todas las medidas tomadas fueron insuficientes. Se cambió la LOCE de Pinochet (Ley Orgánica Constitucional de Educación) por una Ley General de Educación, LGE, que solo eliminó los conceptos autoritarios, pero mantuvo el sentido mercantilista y lucrativo del negocio de la educación, sin enfrentar el tema de fondo: la defensa y fortalecimiento de la educación pública.

Por eso, el NO AL LUCRO EN LA EDUCACION resuena hoy más fuerte. Crear un establecimiento educacional es una inversión muy rentable, sobre todo si se trata de universidades y en ese negocio participan muchos miembros del establishment político, no solo del actual gobierno.



Los estudiantes saben (hoy con internet es mucho más fácil investigar y consultar) que la educación en Chile fue gratuita hasta 1973, pero que hoy deben endeudarse casi por el resto de la vida para poder estudiar y por eso proponen sistemas ya no de gratuidad, porque en el mundo actual eso es inviable, sino de responsabilidades compartidas con el Estado. Por eso piden fortalecer la educación pública, revirtiendo la municipalización.

Tienen también otras demandas, más específicas: tarifa escolar todo el año; gratuidad de la tarjeta nacional escolar; pero todo en el marco de mejorar la calidad de la educación en Chile, porque todas los estudios y mediciones indican que la brecha es cada vez mayor entre los colegios pagados y los demás, esos que atienden a la mayoría de los estudiantes del país.

En este momento los manifestantes pasan frente a la Universidad Católica y leen un gran lienzo que dice: "Chilenos, después de 44 años El Mercurio aún miente".
Nota: todas las fotos fueron tomadas por el autor.

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