Por Mariano Hamilton, de ESPNdeportes.com
Buenos Aires, 24 marzo 2008.- Los incidentes que se vienen produciendo en el fútbol argentino desde hace tiempo nos recuerdan, especialmente en esta fecha tan sensible para todos los argentinos, a la dictadura militar que se inició hace exactamente 32 años.
Hoy es feriado en la Argentina, ya que se estableció al 24 de marzo como el Día de la Memoria, por todos aquellos que padecieron torturas y/o fueron desaparecidos y asesinados por los militares que tuvieron que ver con el nefasto Proceso de Reorganización Nacional que asoló al país.
¿Por qué decimos eso? Porque la degradación política, social, económica e intelectual de la Argentina se profundizó dramáticamente con aquella runfla de asesinos que despedazó lo bueno que se había construido en casi 200 años de historia.
Antes había cosas malas en la Argentina, por supuesto. Pero la evolución natural se vio cortada por casi siete años, en los que se retrocedió en el juego de la vida varios casilleros. La Justicia, la equidad, el respeto y todos los otros valores que conforman a una sociedad, fueron borrados de plano y marcaron a fuego a varias generaciones.
La falta de respeto por las leyes, la inseguridad, la falta de educación, el clasismo, la xenofobia y muchas de las taras que padecemos hoy los argentinos, son hijos de aquella dictadura.
¿Como se puede construir un país cuando todavía hay gente que no pudo recuperar a hijos, nietos, sobrinos que fueron secuestrados cuando eran bebés? Esos niños, ahora adultos de 25 a 30 años, se topan con que en realidad sus familias adoptivas, los padres que los criaron durante todos estos años, son apropiadores ilegales, cómplices del secuestro y asesinato de sus padres biológicos. Con esas heridas abiertas es imposible pensar que un país pueda seguir adelante.
¿Qué le pasa en la cabeza a una persona que dispara contra una caravana de micros y mata a un hincha de 20 años? ¿Qué piensa alguien que le tira una piedra a un juez o a un jugador sin medir las consecuencias de sus actos? ¿Qué siente un niño cuando, ante la mirada de sus padres, se acerca al alambrado para escupir a un semejante? Así seguirían las preguntas...
¿Todo es culpa de la dictadura? No, por supuesto que no. También hay responsabilidad de estos 20 años de democracia. Pero insistimos: es muy difícil construir en terreno arado. Hacen falta muchos años para que la tierra se asiente...
El fútbol, se dice desde hace muchos años, es un botón que muestra la realidad de la sociedad. En el fútbol se exacerban las emociones y salen a la luz las actitudes que están presentes en los hombres y que, en otros ámbitos, no se animan a desplegar. Una puteada puede ser tomada como algo anecdótico en el fútbol. Pero ese mismo individuo que le lanza un insulto a un árbitro seguramente es el mismo que tiene ganas de hacerlo en otros ámbitos de su vida. Pero sólo se lo permite en el fútbol. Como tantas otras cosas.
Dicen algunos que hay que parar al fútbol para evitar que todo esto siga ocurriendo. ¿Parar el fútbol? Es una estupidez. Hay otros que dicen que hasta que no haya seguridad, no se debe jugar más. Pero ¿qué es la inseguridad? No es algo tangible, algo que uno pueda medir con una regla para confirmar que se acabó. Siempre habrá un energúmeno armado para matar a alguien o un mal educado que insulte o un violento que le pegue una trompada o un puntazo a otro. Decir que hay que terminar con la inseguridad es lo mismo que sostener que se debe acabar con el dolor, la injusticia, el miedo... Ojalá se pudiera, pero nadie tiene una receta mágica para terminar con las debilidades de una raza depredadora. Porque eso, justamente, es el hombre... Tropieza una y otra vez con la misma piedra. Destruye el medio ambiente. Atenta contra su propia existencia a gran escala. ¿Qué se puede esperar entonces de los actos individuales?
El sábado se suspendió el partido Racing-Estudiantes porque los hinchas locales decidieron terminar el partido porque estaban enojados con los fallos del árbitro. Tiraron proyectiles, rompieron el alambrado, trataron de invadir la cancha, arrojaron hasta un puesto de panchos al campo de juego. Así son las cosas en la Argentina del todo vale. No hay más respeto por nada.
Hace dos semanas se trenzaron a golpes de puño casi 400 hinchas pertenecientes a dos facciones de la barra brava de Boca. Fueron detenidos 184 de ellos. También hace dos semanas se asesinó a un hincha de Vélez de 20 años con un balazo lanzado desde no se sabe donde. El pecado de este chico fue estar en el lugar equivocado. No hubo otra razón para que encontrara la muerte.
Disculpen esta columna triste y melancólica, pero se cumplen 32 años desde que se inició una dictadura que regó de cadáveres a la Argentina. Es el Día de la Memoria. Y queremos recordar. Porque tal vez eso nos permita entender. Y a lo mejor nos damos cuenta de que no todo está perdido. ¿Será así?
2 comentarios:
solo uan aclaración renatín, en base a la información que poseo, y con lo de la barra de Boca, la pelea no fue entre facciones, fue entre los mismos de la 12, por un asunto de liderazgo en la barra, ya que el más "capo" está en cana y quieren tomar su lugar. es algo similar a lo que pasó en la zorra blanca hace un tiempo...
por lo demás, nuevamente un buen escrito de tu parte que se agradece leer...
Gracias Orlan por el comentario y la precisión. Cariños a la Gaby y que les vaya super bien.
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