Los estudiantes de Química y Farmacia de la Región Metropolitana consideramos que el medicamento es un bien social y no un bien comercial, al cual todas las personas debieran tener acceso de manera equitativa y justa. Por lo mismo, la situación actual nos parece vergonzosa, ya que argumentando libre mercado, unos pocos se aprovechan del bolsillo de las personas, perjudicando su salud.
Estamos convencidos de que la venta de medicamentos fuera de las farmacias no es la solución definitiva, sino que la fiscalización efectiva y continua de los puntos de venta actuales. En este aspecto, las medidas propuestas por la autoridad o por otros gremios son:
- La apertura indiscriminada de almacenes farmacéuticos, tema fatídico propuesto el 2008 por el Gobierno y por el cual estudiantes y profesionales ya salieron a las calles a protestar hasta lograr su derogación;
- La venta de medicamentos en góndolas, propuesta por ASACH a través de su presidente Fernando Alvear;
- La venta de medicamentos por internet recién discutida en la Cámara de Diputados.

Estas son sólo medidas parche que no atacan el problema de fondo y que contribuyen aún más a la desregularización en la dispensación del medicamento, ya que si la Autoridad ha sido incapaz de fiscalizar los puntos de venta actuales, es inverosímil que tenga la capacidad de fiscalizar aún más. Como ejemplos, citamos la venta de medicamentos en ferias libres, el escándalo público del tráfico de codeína por algunas farmacias y la venta de medicamentos en las micros.
Es importante destacar que los profesionales Químico-Farmacéuticos que trabajan en estas cadenas no tienen ninguna responsabilidad en los hechos denunciados, ya que éstos son sólo empleados y estas decisiones se toman a nivel gerencial.
Finalmente, exigimos a la Autoridad Sanitaria y Legislativa que de una vez por todas tomen cartas en el asunto, ya que el problema no solo le compete a la Fiscalía Nacional Económica, pues es en esencia un problema de salud pública. Los exhortamos a que generen y hagan cumplir nuevas normativas legales que aseguren que la farmacia vuelva a ser un centro de salud, donde el Químico-Farmacéutico participe activamente en la asistencia al paciente en cuanto a la dispensación informada y el uso racional del medicamento.