viernes, 11 de enero de 2008

Que sean las primeras de muchos más...












Por fin fueron liberadas!!!! Seguí largamente ayer por internet la señal de Telesur, para poder tener mayor información sobre un hecho tremendamente emotivo: el regreso de Consuelo González de Perdomo y Clara Rojas a la libertad, con la esperanza de que luego sean muchos más los secuestrados que puedan también volver a sus hogares, con los suyos.
Pero no puedo obviar la desazón que provoca escuchar, después de eso, al presidente Alvaro Uribe Vélez. Parece perro rabioso, perro de presa, buscando matar al mundo. Con dignidad agradeció a Chávez y a la senadora Piedad Córdoba sus gestiones que permitieron la liberación, a pesar que por su voz parecía no sentirlo sino hacerlo por obligación, por diplomacia.
Ensalzó hasta la saciedad a sus Fuerzas Armadas, como si fuera el único actor importante en el conflicto humanitario. Y repitió su deseo de paz, pero una paz supeditada a sus objetivos, enmarcados en su "doctrina de seguridad democrática" que no es más que guerra sin cuartel, que es el Plan Colombia que financia Bush.
Cierto es que ha disminuido notablemente el número de secuestros en el período de Uribe, pero no ganó su guerra. Las FARC -nos guste o no- siguen ahí y el único camino posible parece ser la negociación política. Las víctimas lo han entendido, pero Uribe se niega. Según su discurso de anoche, negociar significa imponer sus términos y eso en ninguna parte se llama negociacion.
Ojalá me equivoque, porque estoy convencido que lo primero es la liberación de los secuestrados, la vida de esos hombres y mujeres retenidos injustamente por tanto tiempo. Pero esa fue la sensación que me provocó ver a Uribe "celebrando" estas liberaciones.

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