La justicia tarda pero llega... dicen algunos

Toda la familia de Pinochet y algunos de sus más cercanos colaboradores (23 personas en total) han sido detenidos por orden del juez que investiga las cuentas del dictador en el Banco Riggs. Las innumerables cuentas creadas con nombres ficticios o directamente falsos para manejar muchos millones de dólares, creyendo que las operaciones no serían nunca descubiertas. Pero el Senado de Estados Unidos llegó a esas cuentas en 2004, cuando buscaba pistas de los movimientos financieros de los implicados en los atentados a las Torres Gemelas.
Después de una larga investiga- ción judicial, el juez Carlos Cerda determinó que la familia Pinochet, ayudada por militares y civiles, tomó para su beneficio personal algo así como US$ 20 millones de los fondos del Estado chileno, que estaban reservados para gastos de la Presidencia de la República, de la Comandancia del Ejército y de la Casa Militar.
Los pinochetistas protestan diciendo que los detenidos son grandes servidores públicos y probos. Solo ellos pueden creer que tipos como Ambrosio Rodríguez tienen alguna cualidad positiva. Sería largo contar aquí su historial y además no se lo merece. Bien está encarcelado, aunque sea en el Hospital de la U. Católica en el exclusivo barrio de San Carlos de Apoquindo. «Como pecas pagas», decían las mamás años atrás. Y si bien a ellos no se los torturará ni se los hará desaparecer ni se lanzarán sus cuerpos al mar amarrados a rieles de tren o se esconderán en la arena del desierto, supongo que sentirán algún castigo al estar detenidos -en cárceles comunes y corrientes, pero bien tratados, claro- por hechos que el juez detalla con gran claridad en su resolución y que resultan indesmentibles.