jueves, 6 de septiembre de 2007

Sueños, nada más que sueños

Uno tiene tantos sueños en la vida.
Yo por ejemplo, siempre he soñado conocer las Torres del Paine y la Laguna de San Rafael. Si alguna vez me ganara un premio grande bien grande es lo primero que iría a conocer. Cuando era joven, tenía un gran afiche de las Torres del Paine en mi pieza de Goycolea. Desde entonces arrastro ese deseo.

También tengo el sueño de poder ver una vez en la vida los Juegos Olímpicos en vivo y en directo. Es la fiesta mayor del deporte mundial. Donde están solo los mejores y donde el triunfo, por sí solo, es el mayor logro de todo deportista.
¿Alguien se imagina lo que puede significar estar presente en una final olímpica de los 100 metros planos por ejemplo? o ver a las y los gimnastas con tus propios ojos?, ver el voleibol, el básquetbol, la natación y el ciclismo olímpico; ver a Federer, a Nadal y a Maria Sharapova y la llegada de la maratón olímpica?.
Para mí, nada es comparable con los JJ.OO. Ser testigo presencial de aquello que uno apuradamente puede admirar en televisión, porque lo dan cortado, es el más grande de todos los sueños.

Fernando González, Nicolás Massú, Nadia Comaneci, Jefferson Pérez, Javier Sotomayor, Ian Thorpe y el maratonista ganador el 2004, todos campeones olímpicos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me hiciste acordar al poeta modernista cubano Julián del Casal, que siempre tuvo el sueño de ir a París y estando una vez en el tren en Madrid listo para viajar a París por primera vez en su vida, decidió en el último minuto bajarse y no viajar, porque comprendió que París nunca iba a estar, en realidad, a la altura de la imagen que él se había hecho.

¿Qué sucedería si el día de la final de la maratón olímpica te toca al lado un suizo, como el que me tocó a mí de Lima a Quito una vez en bus, con un olor insoportable a sobaco por no haberse bañado probablemente en semanas? O si en las finales de la gimnasia femenina te toca junto a una barra de rusos borrachos y hediondos a ajo? O el día del básquetbol te encuentras entre un grupo de gringos pedantes y pedorros?

Se me hace que al final se ve mejor en televisión. ¿Será que con la vejez y el sobrepeso me estoy poniendo flojo y antisocial?

Un abrazo para tí y tus lectores.

Jorge

Renattus ® dijo...

Chutas Jorge, espero que los niveles de frustración no lleguen tan alto. Que una de esas te pase, está bien, pero no todas juntas, sería mucha mala pata, no crees.
Saludos y gracias por hacer aterrizar un simple sueño, jajaja.

Anónimo dijo...

Parece que me levanté en un mal día ayer.

De todas maneras la moraleja de la historia es que no hay que arriesgar los sueños a la confrontación con la realidad.

Noe dijo...

muchas veces es triste cuando un sueño tan bonito, tan perfecto en tu mente se enfrenta a la realidad, que muchas veces nos hace enfrentarnos con cosas que no queríamos ver... pero así es la vida.
ojalá que esto ocurra con otro tipo de sueños, y no con uno tan genial como sería ver los JJOO.
Suerte con los cuentos, y que se gane el viaje.
Muchos besos.
Noe