Hace unos días viajé a Arica y desgraciadamente lo hice en Lan, cuyo lema de marketing es "el encanto de volar". Pero ese encanto en la realidad no existe.
En el viaje de ida nos quedamos 6 hrs y 40 min botados en La Serena, porque luego de la escala en esa ciudad el motor no partió cuando debía despegar, a las 4:10 pm. Nos hicieron bajar, algunos mecánicos miraron pero parece que no tenían elementos suficientes. Nos avisaron que habían pedido un repuesto a Santiago y horas más tarde nos indicaron que habían pedido un nuevo avión. El nuevo avión llegó a las 10:10 pm y despegamos a las 10:50 pm, llegando a Arica a la 1:30 de la madrugada (en vez de las 7:10 de la tarde). Hay personas que tenían reuniones en Iquique o Arica y las perdieron, había personas que tenían combinaciones que también perdieron, pero la pasividad del chileno es abismante. Nadie reclamó, nadie organizó una protesta ante la compañía.
De regreso fue aún peor. El vuelo salía a las 7 de la mañana (lo cual significaba estar en el aeropuerto a las 6 hrs) y recién despegamos a las 15:50 hrs, es decir, con 8 hrs y 50 min de retraso. Según señaló una funcionaria cuando estábamos por subir al avión, el piloto había amanecido enfermo y no estaba en condiciones físicas de volar. De Santiago tuvieron que mandar una nueva tripulación en otro avión, enviado específicamente para llevarnos, y en eso se nos fue el día completo. El vuelo debía llegar a Pudahuel a las 10:30 am y finalmente aterrizamos a las 7 de la tarde. Es decir, perdimos todo el día, sin hacer nada. Igual que en la situación anterior, hay gente que perdió combinaciones al sur o al extranjero, personas que viajaban temprano por motivos laborales que no llegaron, pero nadie protestó.
Y lo más indignante es la indiferencia del personal. Excepto las azafatas de los counter, que deben lidiar con la molestia de la gente, al resto le importa un rábano las incomodidades provocadas en los pasajeros.
Ciertamente las situaciones ocurridas no son responsabilidad del personal que debe dar la cara ante los pasajeros. En el primer caso es una falla en el mantenimiento del avión supongo y en el segundo es un problema específico de salud del piloto (que espero no haya sido por hacer mucho ¡¡salud!!). Pero como cara visible de la compañía, el personal debería tener un poco de respecto hacia los pasajeros. La atención fue pésima, indiferente e inconciente.
Sebastián Piñera hace algunas semanas hizo un cheque por 380 millones de pesos (algo así como 720 mil dólares) para pagar una multa de la Superintendencia de Valores. No creo que los clientes debamos sufrir los recortes presupuestarios para que Lan recupere esos dineritos.
Sea como sea, lo claro es que Lan abusa de los pasajeros y se aprovecha de su posición monopólica para establecer precios, condiciones de viaje y no arrugarse en faltar el respeto a los pasajeros cuando es necesario a sus intereses. Porque de lo que supe por otros pasajeros que estábamos ahí esperando, se han hecho bastante habituales los retrasos en los vuelos de Lan y varios ya habían sufrido anteriormente situaciones similares.
2 comentarios:
Hola Renato:
A veces todo cambia, pero otras pareciera que no lo hace nada. Esos retrasos de LAN han sido as, de acuerdo a mi experiencia, desde los tiempos de los DC-6 que volaban a Punta Arenas. En esos tiempos ya se mandaban a buscar repuestos a Santiago en el último minuto con la improvisación característica de los chilenos...
pero en todas partes se cuecen habas. Hace unos días viajé a Gana y al cambiar aviones en Londres me tuve que 'mamar' una cola de más de tres horas y un atraso de cuatro. Por supuesto, que ningún ganés o inglés o italiano o nadie reclamó para nada. Cuando volví, aunque fue a tiempo (después de viajar más de 24 horas) por supuesto que no llegó la maleta sino hasta unos dos días después. Para qué hablar del trato, con esto de la seguridad antiterrorista, entre los ingleses y norteamericanos compiten para ver quién es más arrogante, grosero y desagradable. Hasta ahora, apenas por una nariz, ganan los británicos.
Jorge Salvo
Gracias Jorge. Que bueno que pudiste conectarte. Como tú dices, en todas partes se cuecen habas y las malditas medidas de super-extra seguridad aérea hicieron que hace algunos meses debiera dejar en el aeropuerto 4 litros de propóleo que llevaba a Quito como encargo. Una lata todo esto!!
Publicar un comentario