En verano generalmente se producen grandes incendios forestales. Ocurre en Chile cada año, pero también ocurre en California, Portugal o Australia, y cada vez con más fuerza y más descontrol. El aumento de las temperaturas, además, provocado por el cambio climático y el calentamiento global, ayuda a expandir este drama, como ha mostrado la televisión en diversos casos.
Se pierden miles de hectáreas en bosques, lo que implica un daño ecológico de grandes magnitudes, pues esas tierras arrasadas por el fuego no volverán a regenerarse sino en decenas, cientos o quizás miles de años.
Pero además de los forestales, la ciudad de Valparaíso ha sufrido grandes incendios en los últimos meses, lo que debe llamar a preocupación. El fuego ha consumido edificios hermosos y tradicionales que son parte de la arquitectura que permitió a "Pancho" ser declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por Unesco.
En el sector patrimonial, varios edificios fueron destruidos por la explosión de febrero 2007 en calle Serrano, otro incendio consumió un edificio histórico en calle Echaurren y hace un par de días un nuevo incendio dañó un edificio en Av. Brasil. Además de los incendios en los cerros, que han dejado un terrible saldo de muerte y destrucción, como el que hace un mes consumió 70 casas en el Cerro La Cruz.
Esta es una situación que debería preocupar a las autoridades y a la comunidad porteña. Aunque suene fuerte, no debiera descartarse la intencionalidad en algunos de estos incendios, que permitan que más adelante esos terrenos se vendan para construir edificios o centros comerciales, destruyendo el rico y hermoso patrimonio de Valparaíso.
Ojalá haya más prevención y preocupación para que el fuego no siga causando tanto daño.
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