domingo, 11 de septiembre de 2011

Hoy EE.UU. no es más fuerte

Septiembre aúlla todavía su doble saldo escalofriante
todo sucede un mismo día gracias a un odio semejante.
Y el mismo ángel que allá en Chile vio bombardear al presidente,
ve las dos torres con sus miles cayendo inolvidablemente.
"Cita con ángeles", Silvio Rodríguez.

Al cumplirse 10 años del atentado terrorista que hizo pedazos las Torres Gemelas y dañó gravemente la sensación de superioridad norteamericana, el presidente Barack Obama ha declarado que "hoy Estados Unidos es más fuerte".

Sin embargo yo creo que esa es una frase para tranquilizar las conciencias, porque todo muestra que 10 años después EE.UU. no es más fuerte. Por un lado, porque autoridades y población norteamericana viven con el miedo latente y están aterrados de que hoy haya un nuevo atentado. Se han pasado 10 años poniendo más restricciones al libre tránsito de las personas, porque en todos lados ven peligros terroristas. Y hoy día han desplegado a miles de policías no solo en Nueva York, sino en todo Estados Unidos, a pesar de que asesinaron a Osama Bin-Laden.

Por otro lado, en estos 10 años Bush embarcó a su país en dos guerras tremendas, que han dejado centenares o quizás miles de muertos entre sus propias tropas (sin contar los miles y miles de muertos iraquíes y afganos) y, para peor, no han conseguido ni la paz ni la democracia con las que justificaron esas invasiones. En Irak, en Afganistán y en Pakistán las cosas siguen más o menos igual que hace 10 años, solo que sin Hussein y sin talibanes.

Pero además, como consecuencia de este proceso, el país que se cree adalid de la democracia y el respeto a los derechos humanos, inició unas prácticas que avergonzarían a los mismos a quienes acusan de dictadores: los norteamericanos han aplicado las más crueles torturas y han mantenido a centenares de presos sin juicio ni debido proceso, como ha sucedido en la cárcel de Abu Ghraib y en Guantánamo, por poner solo los ejemplos más conocidos.

Todo eso demuestra que Estados Unidos no es invencible, que es vulnerable (una demostración dramática, por cierto, que dejó miles de muertos inocentes y ojalá no volviera a repetirse) y que tienen miedo, a pesar de las bravuconadas guerreristas de Bush y de las frases patrioteras de Obama.

Hace diez años esos aviones no solo acabaron con las Torres Gemelas y remecieron los cimientos del mismísimo Pentágono, sino que dejaron también muchas lecciones, y una de ellas, para el resto del mundo, es que bajaron a Estados Unidos de su pedestal. Y esa ha sido una gran lección. Aprendimos algo importante: el imperio tenía fisuras.

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