miércoles, 23 de febrero de 2011

Parecía imposible: Khadafi acorralado

TRÍPOLI, 21 de febrero (AFP).- Tras seis días de rebelión contra el régimen de Muammar Kadhafi, en el poder desde hace 42 años, que ya deja centenares de muertos, los manifestantes se habían hecho este lunes con el control de varias ciudades libias.

La rebelión causa además disensos en la cúpula del régimen: el ministro de Justicia, Mustafá Abdel Yalil, renunció a su cargo para protestar contra "el uso excesivo de la fuerza" en la represión de las protestas y tres diplomáticos libios en el exterior hicieron otro tanto, para expresar su oposición a la feroz represión: el embajador en India, un diplomático acreditado en China y el representante ante la Liga Arabe.

La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH, con sede en París) indicó que Benghazi (la segunda ciudad libia) y Syrta, ambas en el este, "cayeron" en manos de los manifestantes y que "hay militares que se unieron al movimiento". Testigos desmintieron sin embargo la caída de Syrta. La FIDH, estimó entre 300 y 400 el número de muertos desde el inicio de la rebelión, en base a datos de organizaciones humanitarias libias.

El hijo de Kadhafi, Saif al Islam, reconoció el lunes que en Benghazi "los tanques se desplazan conducidos por civiles" y que en Al Baida (este) "la gente tiene fusiles y numerosos depósitos de municiones fueron saqueados".

Por otro lado, tunecinos que huyeron de Libia, informaron este lunes a la AFP que los policías de Zauia (60 km al oeste de Trípoli) desertaron de sus funciones el domingo y la ciudad se hallaba sumida en el caos.
Los enfrentamientos llegaron el domingo a la capital, donde la multitud saqueó una televisión y una radio públicas. Otros testigos dieron parte del incendio de comisarías, de locales de comités revolucionarios (adeptos al régimen) y de un local de reuniones oficiales en el centro de la ciudad, donde se oyeron intensos tiroteos.

"Libia está en una encrucijada", declaró el hijo de Kadhafi. "Me dirijo a vosotros por última vez antes de recurrir a las armas", agregó, advirtiendo que Libia no es "Túnez ni Egipto". Según Saif al Islam, los enfrentamientos son provocados por elementos libios y extranjeros que tienen por objetivo destruir la unidad del país e instaurar una república islámica.

22 de febrero.- La Liga Arabe suspendió a Libia de sus sesiones y condenó la represión de las protestas antigubernamentales contra el régimen de Khadafi. En sesión extraordinaria efectuada en El Cairo, el grupo panárabe integrado por 22 Estados expresó su "fuerte rechazo a las acciones de violencia contra los civiles" emprendidas por las autoridades libias, que ya causaron unos 500 muertos.
Según el secretario general de la Liga, las fuerzas de seguridad libias "usan municiones reales, armamento pesado y mercenarios extranjeros" contra los opositores, lo cual catalogó como "una grave violación de los derechos humanos" y dijo que la organización llamó a "respetar los derechos de los libios a la libertad de protesta y expresión" en demanda de un cambio democrático.

En medio de las revueltas populares que reclaman el fin de su mandato, Muammar Khadafi advirtió en un discurso televisivo que "moriré como mártir". Se proclamó "jefe de la revolución" e indicó que los manifestantes y los medios de comunicación son "traidores" que desean ensuciar su gobierno. Acusó al imperialismo de querer apropiarse del petróleo de su país y amenazó que no habrá perdón hacia los opositores. Ayer, decenas de personas murieron, luego del ataque lanzado por las fuerzas leales al régimen contra los manifestantes.

El ministro del Interior, Abdel Fatah Younes, anunció su dimisión y su adhesión a la denominada "Revolución del 17 de febrero". Younes formó parte del golpe de Estado de 1969, que llevó a Khadafi al poder, y es uno de los amigos íntimos del líder libio. En su comunicado de renuncia instó al Ejército libio a unirse al pueblo y sus "demandas legítimas".
"El País" informa que la gente en Libia tiene miedo, que los militares han bombardeado un hospital; que los helicópteros sobrevuelan Trípoli disparando contra la gente; que hay mercenarios y muchos cadáveres en las calles. Se multiplican las denuncias de matanzas.
Mientras tanto, aumentan las protestas populares en Bahrein, Argelia, Marruecos, Yemen...

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