lunes, 11 de octubre de 2010

Una operación impecable, 100 puntos

Todo indica que los 33 mineros atrapados al fondo de la mina San José desde hace más de 60 días serán rescatados muy pronto. Si todo sale bien (como debiera) el mundo entero se llenará de emoción al ver emerger a la superficie a esos hombres cuyas penas y alegrías a 700 metros de profundidad se han seguido día a día en todo el planeta.

Pero el rescate es el punto culminante, es la consecuencia de las acciones que los equipos técnicos han desarrollado durante estos dos meses y que solo pueden calificarse de brillantes. Eso es lo más notable de esta epopeya. No se han escatimado esfuerzos ni recursos, pero los técnicos siempre han sabido claramente qué es lo que necesitaban en función del objetivo prioritario: rescatarlos con vida.

Se han traído máquinas perforadoras desde Sudáfrica y Punta Arenas, taladros desde Canadá, el cable anti-rotatorio para sacarlos desde Alemania, otros elementos desde Austria y otros países; expertos de la NASA vinieron a apoyar las tareas; la cápsula de rescate se construyó en los astilleros de la Armada, mientras la Fuerza Aérea destinó dos helicópteros que ya están haciendo vuelos de ensayo. Además se ha utilizado la tecnología de punta, de última generación para mantener el contacto con el fondo de la mina, para controlar su salud durante el encierro y durante el izamiento de la cápsula a través del ducto de rescate. Nada se ha dejado al azar, es una operación realmente espectacular en ese sentido.
Hay equipos médicos y sicológicos trabajando las 24 horas del día en función de darles el mejor apoyo a los mineros y todos sabemos ahora que una perforadora se llama Strata 950 y la otra T-130.

Los equipos encabezados por el ingeniero de CODELCO André Sougarret han dado muestras de una sabiduría, eficiencia y conocimiento absolutamente relevantes. Sin duda que los héroes de esta historia son los propios mineros, pero sin la experimentada conducción de los equipos técnicos probablemente nada habría sido igual. Creo que es justo reconocer que estos equipos han demostrado una capacidad y preparación notables.

Y confiemos en que todo llegará a buen término, que los 33 de Atacama volverán a sus hogares sanos y salvos. Todo indica que ese debiera ser el resultado final de esta operación, porque su preparación ha sido impecable y no ha mostrado ninguna falla. ¡¡Bravo por eso!!

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