Con una tremenda falta de criterio y absoluta falta de respeto, sobre todo pensando que es médico y autoridad, ha tenido la desfachatez de

Sin embargo, con todo lo indignante que resulta escuchar las bravuconadas del ministro de Salud, sus palabras, su "mala leche", su falta de tino, su prepotencia y autoritarismo, solo demuestran lo descolocados que están los personeros de gobierno con las movilizaciones sociales.
Como muy bien titula El Mostrador, Mañalich está apagando el fuego con combustible. La desesperación de no saber gobernar, de no saber atender las demandas sociales, no saber tratar a los estudiantes, de no ser capaces de dar respuestas, los hacen decir estupideces.
Al igual que el intendente del Bío-Bío, que declaró que son tantos los hijos que nacen fuera del matrimonio, que "esa falta de afecto de padre y madre hace que actúen con odio y resentimiento", refiriéndose a los encapuchados que causan destrozos en cada manifestación popular que se realiza en el país. Que lástima que una autoridad no sepa que la mayoría de esos niños sí tienen familias, aunque no estén legalizadas en la forma tradicional, pero sí existen.
Estas lamentables expresiones son la mejor demostración de la carencia de ideas y liderazgo del actual gobierno. Y como dijo Cervantes en boca del Quijote hace varios siglos, si los perros ladran es porque avanzamos Sancho. El movimiento social gana espacios porque la población sabe que sus demandas son justas, porque a todos nos afectan.