
Esta significa que indefectiblemente tendrán que ir encontrándose a medida que avance el torneo, pero eso siempre es mejor que ir quedando rápidamente en el camino como ha ocurrido en otros mundiales.


Chile ha desperdiciado muchas ocasiones de gol que reafirmen su dominio abrumador en el juego; el partido con Suiza fue mucho mejor que el primero con Honduras, pero necesita
afinar la puntería. El duelo con España será clave para saber lo que puede dar este grupo formado por Bielsa;
Uruguay ha mostrado solidez en todas sus líneas y la chispa de Forlán siempre pone de cabeza a la defensa rival; y, Paraguay ha sido un equipo compacto aunque menos brillante que en la primera parte de las
eliminatorias, pero eso le bastó para empatar con Italia.

Los europeos por su parte han tenido hasta aquí un pobre mundial, lo que no impide que alguno de ellos pueda ganarlo. Alemania pareció gran candidato en la goleada inicial a un rival menor como Australia (en el que el árbitro incidió de manera notoria) pero se cayó enseguida con Serbia; España llegó como el favorito imbatible pero en su primera presentación perdió con Suiza, que fue a hacer su pobre negocio de refugiarse y no aportar al juego (como lo ha impuesto Mourinho); de Francia ni se diga: viven la peor crisis, con un entrenador cuestionado por todos, insultos divulgados por la prensa, un jugador expulsado del equipo, los demás que se niegan a entrenar y un caos interno que no tiene precedentes. Italia ha hecho lo de siempre,
ratonear y rasguñar partidos para pasar de fases y así ha sido dos veces campeón (1982 y 2006). Esta vez hasta Nueva Zelandia le empató (y casi le gana) pero igual podría clasificarse; Inglaterra, que siempre suma adeptos por tener tan buen torneo y clubes, también ha dado pena en la cancha, sin mostrar NADA. Y queda Holanda, siempre candidato. Fue el primero en ganar la clasificación al mundial y ahora fue el primero en clasificar a octavos. Holanda y Eslovenia son los únicos europeos que lideran sus grupos luego de dos fechas.


En todo caso, tengo claro que soy de los pocos que ven el mundial de esta manera. Todo el mundo (o casi) solo quiere que gane SU selección y mi óptica latinoamericana es poco convincente, pero es lo que creo... Quiero que el campeón sea nuestro, el nombre me resulta secundario.
