El presidente Manuel Zelaya había convocado a una consulta popular, este domingo 28, para que el pueblo hondureño diga si está de acuerdo o no con incluir en las elecciones de noviembre una cuarta urna en la que se pronuncien sobre su deseo de modificar la Constitución.
Por qué una "cuarta urna": porque la primera es para recibir los votos para elegir al presidente que regirá el país en el período 2010-2014. Ese día 29 de noviembre se elige al sucesor de Zelaya, que asumirá en enero próximo. La segunda urna es para los votos para legisladores y la tercera para los votos de alcaldes.

Como en todas partes, a la oligarquía le dió "tirria" esto de pedir opinión al pueblo hondureño y entonces se opusieron el Congreso, las Fuerzas Armadas y la Corte Suprema de Justicia a la consulta popular.
Zelaya ordenó al Ejército distribuir las urnas en los centros de votación y ante la negativa, destituyó al jefe militar, gral. Romeo Vásquez, el que se negó a irse. Esta es la génesis de la crisis.
La derecha ha difundido una excusa burda y tonta que la prensa internacional repite hasta la saciedad: que a través de esta consulta Zelaya quería perpetuarse en el poder igual que Chávez. Y como Chávez es pintado como 'el ogro' del siglo XXI, creen que con eso convencen a la gente de que todo está justificado. Ese es el mensaje que repiten los grandes periódicos y cadenas de televisión de América Latina.
Pero resulta que esa explicación se cae por sí sola. Si suponemos que Zelaya cuenta con el apoyo popular y en la consulta de este domingo ganaba el SI, recién en noviembre, junto con la elección presidencial, se preguntaría si el pueblo desea una nueva Constitución. Si ese resultado era favorable, había que presentar un proyecto de ley al Congreso que permita convocar a elección de constituyentes. Todo esto saldría mucho después que Zelaya entregue el poder en enero próximo.
El problema de fondo, es que la Constitución hondureña incluye un grupo de artículos pétreos, llamados así porque no se pueden cambiar por nada y que le dan el carácter oligárquico al Estado. Eso es lo que Zelaya quería modificar y la razón de fondo para el golpe.