Elecciones (II)

Qué difícil resulta hablar de las elecciones que uno tiene encima, pues falta un poco de distancia para ver con más claridad la situación y analizar mejor lo que sucede.

El pasado domingo 13 se realizaron las elecciones presidenciales y parlamentarias en Chile y a mi juicio los resultados fueron bastante menos positivos de lo esperado. Los dos más votados dirimirán en segunda vuelta el 17 de enero al presidente de la República para el período 2010-2014.
El candidato único de la derecha Sebastián Piñera obtuvo un 44%, el representante del conglomerado de gobierno Eduardo Frei un 29%, el "niño-rebelde" Enríquez-Ominami un 20% y el representante de la izquierda Jorge Arrate un 6%. Yo esperaba algo así como un 42-34-17% para los 3 primeros candidatos, pero Piñera subió y Frei bajó, dejando la distancia entre ambos en 15 puntos, que es demasiado amplia pero no irremontable.

Al fin de cuentas, la derecha obtuvo un 44% y los 3 candidatos progresistas un 56%, cifras que reflejan fielmente lo que ha sido el comportamiento electoral chileno de los últimos veinte años y razón por la que sigo creyendo que es posible ganarle a Piñera. Sigo pensando que quienes queremos un país más inclusivo y democrático somos mayoría, a pesar de todos los errores y desgastes de 20 años de gobierno.
Además tengo la sensación que la derecha ha sido mucho más 'militante' y que todos los que quieren que gane Piñera ya votaron por él, por lo que es poco el margen que tiene de aumentar su votación.
Solo algunos que votaron por MEO para -según la campaña de la prensa derechista- desplazar a Frei del segundo lugar, votarán a Piñera en la segunda vuelta, pero no creo que con eso le alcance para llegar al 50% que le permita triunfar.

La prensa creó un fantasma, un globo, y tanto repetirlo logró que mucha gente creyera que Enríquez-Ominami era alternativa real y hasta él se lo creyó, pero el recuento de votos desinfló estrepitosamente el globo y MEO se quedó en un 20% que es muy bueno para él como persona pero que no significará nada para adelante, pues detrás de él no hay nada: no hay programa, no hay liderazgos ni equipo y sobre todo no hay coherencia política, aunque con una campaña bien armada todo se tapa...

La segunda vuelta será una elección muy difícil y de resultado muy reñido, pero espero que se le gane a la derecha. Son dos visiones diferentes de país las que están en juego y el triunfo se Piñera sería una regresión a algunas de las prácticas de la dictadura que no es lo que yo deseo para este país (ni para ninguno, obviamente).