Una laaaarga deuda

Es difícil saber cuál es la forma más correcta de expresar lo que significa el funeral de Víctor Jara, a realizarse hoy sábado 5 de diciembre, 36 años después de su asesinato, el 14 de septiembre de 1973, tres días después del Golpe militar.
Uno tiende a decir que "Chile estaba en deuda con Víctor" o que "le debía un homenaje multitudinario" pero creo que no es correcto: el pueblo chileno y el pueblo latinoamericano en general lo llevan consigo, como parte de su cultura. Aunque parezca cliché, Víctor vive entre su pueblo, Víctor está presente, sigue presente.

Pero efectivamente el país, como sociedad, como colectivo, le debía rendirle un gran tributo, no solo por ser uno de sus mayores íconos y figuras, sino porque fue asesinado vilmente y enterrado secretamente, porque tal el suyo fue un crimen de lesa humanidad, como lo define la normativa de derechos humanos.

El funeral que se le hará hoy, ese acto de depositar sus restos en un lugar definitivo, simboliza también a centenares de otras víctimas de la dictadura, que no tuvieron el funeral que merecían y, peor aún, a quienes no fueron encontrados y nunca tendrán un funeral. De alguna manera, a todos ellos representa Víctor hoy.

Es también el triunfo de la memoria sobre el olvido -como se ha dicho en estos días- es mantener los ideales de verdad y justicia aún cuando en su caso no se encuentran todavía los culpables.
Muchos miles de personas hemos ido hasta el Galpón Víctor Jara, donde se velan sus restos, y lugar en el que la Fundación que lleva su nombre realiza muchísimas actividades culturales día a día. Y entre ellos, miles de jóvenes que conocen su música y saben de su compromiso.

Todas las fotos las tomé el jueves 4 en la tarde, durante el velatorio de Víctor Jara.