Las autoridades del piñerismo llegaron con la tranquilidad del que sabe que puede; con la pachorra del que tiene mundo; con el don de mando del que tiene la costumbre; con pontificados títulos académicos realizados en América del Norte; con los autos que usan siempre; con la prepotencia que adquirieron hace cientos de años en los fundos; con el desprecio por los de la Concertación que -dicen- no solo eran ineficientes sino poco probos y, sobre todo, muy “picantes".
Esto es lo que poco a poco se escucha o siente entre los funcionarios de la cultura, de la economía, de la educación o de la vivienda. Es la nueva elite que dirige el Estado en Chile; que ha “sacrificado” ingresos directos en sus antiguas funciones para apoyar el proyecto del presidente Piñera. Para algunos es sorprendente que los vehículos del Ministro sean peores que los propios (por eso es fácil proponer el no uso de los vehículos fiscales); otros se sorprenden de que los trabajadores (secretarias, recepcionistas, juniors, asistentes) no tengan la disciplina y prestancia que estaban acostumbrados a percibir al entrar a las oficinas habituales en El Golf y barrios aledaños. Les extraña también que los directivos no se presenten con sus ternos oscuros y con camisas extremadamente blancas, salidas impecables del lavaseco, como un ejecutivo bancario estereotipado.
Hoy, con la misma torpeza de hace años, suponen que todas las reparticiones públicas están plagadas de operadores activistas, ineptos y corruptos. Todo lo encuentran sospechoso y al igual que el día del Golpe de Pinochet, buscan con esmero los grandes negociados que no aparecen porque suponemos que no existen.
Como siempre, hay víctimas colaterales. Empresarios sorprendidos porque han retrasado pagos para revisarlos (esto es siempre plausible) y han rechazado contratos con frecuencia por prejuicios antes que por antecedentes concretos de alguna irregularidad o siquiera injusticia. Solo conviene decir que algún día habrá otros que asuman el gobierno y ellos ¿tendrán el derecho de rechazar los contratos que asuma el gobierno anterior?. A Primera Piedra le parece muy lógico que se revisen con cuidado los contratos de última hora. Hoy, en 4 y en 8 años más!!.
Pero en cambio, el gobierno de Piñera resolvió comprar 8 mil millones de pesos a las tres cadenas monopólicas del retail de la construcción para resolver daños del terremoto. Obviamente, citaron a estas tres cadenas porque ellas están representadas en las autoridades gubernamentales. ¡¡El resto quedó fuera!!. Tanto que Hinzpeter ordenó que las gobernaciones compraran en ferreterías locales. ¡¡Ridículo!! Porque es como el raspado de la olla. Dado el nivel empresarial de la estructura del gobierno estas “repartijas” serán cada vez más frecuentes porque es inevitable.
Caben dos preguntas. ¿por qué no compraron a los productores? ¡¡Las cadenas son intermediarias!! Y ¿por qué no licitaron? El sector público está obligado a hacerlo y hay múltiples decisiones de la Contraloría que crearon incluso sumarios anteriormente. La Contraloría ¿qué dirá en este caso?. Porque argumentando lo mismo podrían citar a las 3 cadenas de farmacias para comprar medicamentos en lugar de los laboratorios productores. Todo decidido... como siempre... como se hace en las empresas.
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Tomado de Revista Primera Piedra Nº 355 de 5/04/2010, http://www.primerapiedra.cl/
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