domingo, 28 de junio de 2009

Soltaron a los gorilas en Honduras

Un golpe de Estado que no se sabe en qué irá a terminar se dió esta mañana en Honduras (que he podido seguir por Telesur, gracias a la retransmisión que hace Señal 3 de la población La Victoria).
El presidente Manuel Zelaya fue secuestrado por fuerzas militares en la madrugada desde su casa y sacado en un avión a San José de Costa Rica.
Sin embargo la situación es incierta y supongo que los golpistas están preocupados por el amplio repudio al golpe y el apoyo unánime e irrestricto al orden constitucional y la estabilidad democrática en Honduras, que ha surgido de todos los países de América, incluso desde la Casa Blanca, que reconocen a Zelaya como el único presidente de la nación.
El embajador hondureño ante la OEA, en su discurso en la sesión urgente de la Organización esta mañana en Washington hizo una excelente exposición, señalando que el siglo xxi no es la Guatemala de 1954 ni el Chile de 1973 y que la oligarquía hondureña ha abierto la jaula de los gorilas.
El presidente Zelaya, mientras tanto, en conferencia de prensa (aún en pijama) junto a Oscar Arias, presidente de Costa Rica, explicó cómo se le sacó de su casa y del país, así como ratificó su presencia mañana en la reunión de presidentes del Sistema de Integración Centroamericano, SICA, que estaba planificada con anticipación, reunión a la que han anunciado también su asistencia los representantes del Grupo de Río y del ALBA (Alianza Bolivariana de las Américas).

2 comentarios:

MEFISTO dijo...

Es el colmo que esto esté ocurriendo, ahora tienen a unos embajadores secuetrados, si realmente salieron los gorilas...

Anónimo dijo...

Es reconfortante ver la reacción de los demás países americanos. No hay duda que Zelaya será repuesto. Y aunque el resto de su gobierno será seguramente inefectivo y débil, sienta un muy buen precedente para la estabilidad de la región. Estabilidad significa inversión a largo plazo y eso quiere decir crecimiento sostenido, no sólo en producción económica, sino que en construcción, desarrollo de infraestructura y progreso educativo. Y aunque una golondrina no hace verano, es algo por lo que sentirse moderadamente optimista.

Saludos,

Jorge S.