Que Fernando Flores haya aparecido ayer formando parte del comando de Piñera finalmente no es una sopresa, se viene gestando desde hace mucho tiempo. En abril 2008, para la destitución de Yasna Provoste, yo decía que la culpa no solo es del chancho, sino del que le da el afrecho, porque los condoros del PPD para elegir candidatos se demuestran uno tras otro. Y en octubre pasado, para las municipales 2008, hacía ver como esos personajillos cada día se arrimaban más y más a la derecha.
Sin embargo, lo que Piñera no sabe o no quiere saber, es que ChilePrimero son dos militantes: Flores y Schaulssohn (hasta el Teo Valenzuela se retiró asqueado...), por lo que lo único que le suman a su comando es imagen para que los periodistas hablen tonterías.
Todos se quejan del trato que esos personajillos han recibido, pero lo cierto es que la derecha sacó en senadores 2001 en Tarapacá el 35,58% y con eso tienen ahora los 2 senadores. ¿Es razonable el reclamo? ¡¡¡Por supuesto que sí!! Porque el 34,82% que obtuvo la coalición de gobierno en esa región son personas que querían marcar su diferencia con la derecha y por lo tanto esa vuelta de chaqueta es una traición a quienes le permitieron salir elegido, ¿o no?
Pobre hombre, tan poca cosa que muestra ser. Y pobre partido también ese que lo buscó y convenció, deberían irse todos para su casa.
Pero ojo, que no pretendo desconocer que tránsfugas han habido toda la vida, en todas partes y seguirán apareciendo, pero lo que quiero decir es que es una actitud indigna para sí mismos, para los tránsfugas, aunque tengan cuero de chancho y no quieran darse cuenta.
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