Es muy difícil decir algo coherente. Es demasiado prematuro para poder elaborar unas líneas sobre su compromiso y consecuencia inclaudicables.
Porque desde ayer Nina ya no está.
Fui una de las personas que trató de estar permanentemente cerca de ella. En los 80 la dictadura chilena prohibía toda relación con Cuba, pero como en el Ecuador había Embajada Cubana, yo podía comunicarme con ella, contarle de su gente en Chile, mandarle algún regalito y proveerla de cintas de máquina de escribir y de música. Antes le grababa cassettes, ahora CDs.
Siempre he llevado conmigo el osito de su colección que me regaló para mi cumpleaños en 1972. Y hace 25 días nos enviamos los que serían los últimos mails.
...Y desde ayer es recuerdo!!
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