Julio del 69

A mí no me cabe ninguna duda que la década de los años 60 fue una de las más enriquecedoras, pujantes y creativas para el mundo entero y quizás uno de los decenios más trascendentes en la historia de la Humanidad, a la que la perspectiva histórica todavía no le asigna su lugar.

Los Beatles, el mayo francés y el hombre en la Luna son solo algunos de sus principales hitos. El Che, Martin Luther King, Sartre, Hesse, García Márquez, Lennon y McCartney, Elvis, Marilyn, Brigitte Bardot, Kennedy, Cohn-Bendit; el rock, el bikini, la píldora anticonceptiva y los transplantes de corazón son solo algunos de los personajes y hechos que modificaron conductas y ampliaron la libertad de pensamiento y de acción de una vez y para siempre.

El mundo dio un giro en los años 60, se produjo una revolución sobre todo en los conceptos, en la cultura, en la forma de mirar la sociedad, que se expandió a todos los rincones y en la que, queramos o no queramos, nos vimos involucrados todos, porque lo que entonces se generó sigue siendo "el origen", el principio, de lo que conocemos hoy y que nos parece tan normal. No sé si exagero, pero obviamente pienso que no, por eso lo planteo así.

En Chile, en los 60, se vivió la magia de la Nueva Ola y los clásicos universitarios; el neofolklore encaminó a la Nueva Canción; la reforma agraria, la "revolución en libertad" y la "chilenización" del cobre abrieron los espacios para la reforma universitaria (con la toma de la U. Católica), al gobierno de la Unidad Popular y a la nacionalización del cobre. En América Latina, la revolución cubana llenó de esperanzas y de miedos a unos y otros, mientras la propaganda electoral repetía que "los rusos se comen los niños". Y se podría decir muuuuucho más...

En estos días se están recordando los 40 años del primer alunizaje. El 16 de julio de 1969 fue lanzada la Apolo 11, con Armstrong, Collins y Aldrin a bordo. Uno escuchaba por la radio las informaciones que entregaba la NASA, hasta que la noche del 20 de julio había que instalarse donde hubiera televisión para poder ser testigos del hecho histórico.

Jorge y yo (y alguien más: ¿el Yeyi?, el flaco Rosado?, el Neris?) fuimos a la casa de uno de nuestros compañeros de Liceo que tenía tele: Alejandro Arias, en Arturo Prat con Covarrubias, en La Cisterna (¿qué será del rucio Arias hoy?). Ahí estaba el televisor blanco y negro en medio del living, para que todos puedan ver bien, lo que es un decir, porque la calidad de la transmisión no era nada de buena, tenía mucha interferencia, ya que la tecnología era aún primitiva. Además ¡¡se estaba recibiendo la señal desde otro cuerpo celeste!!, a miles y miles de kilómetros, no era cuento...

Estados Unidos había pasado 12 años mirando para arriba al programa espacial soviético. Estos habían lanzado el primer satélite (el Sputnik), el primer ser viviente (la perra Laika), al primer hombre (Yuri Gagarin) y a la primera mujer (Valentina Tereshkova). Y en plena "guerra fría" eran muchas derrotas para los norteamericanos. Tenían que dar un golpe de efecto y ese "pequeño paso para el hombre pero gran paso para la Humanidad" de Neil Armstrong en la superficie lunar fue exactamente lo que necesitaban.

Y entonces hoy la relación del hombre con el espacio es distinta. Incluso hay una "casa rodante" dando vueltas allá arriba, por meses y años: la Estación Espacial Internacional, a la que los astronautas de todas las nacionalidades van y vienen.

Y como siempre hay incrédulos, porque eso es humano, desde entonces no faltan los que intentan poner en duda la llegada del hombre a la Luna. Y dan rebuscadas explicaciones (que si la bandera, que si la frase, que si las pisadas), pero así también se han pasado años diciendo que vieron a Elvis no sé por donde, que los pies descalzos de Paul en Abbey Road, que el número del vuelo del 11 de septiembre o dirán que Michael Jackson no sé qué, porque eso permite vender cuando no tienen noticias de impacto masivo. Pero como yo soy crédulo, creo que Armstrong y Aldrin sí pisaron la Luna aquel 20 de julio de hace 40 años.