martes, 31 de agosto de 2010

Ray Bradbury

"Los relatos de Bradbury son la obra de un poeta que conoce admirablemente el poder evocador de las palabras y las imágenes. La prosa de Bradbury es poesía cristalizada, refinada, aprehendida..."

Con enorme alegría supe hace algunos días que Ray Bradbury está cumpliendo 90 años de edad. Porque tal como lo dije en el caso de Nelson Mandela o García Márquez, es bueno poder homenajear a las personas en vida y no esperar a que se mueran para decir lo importantes que han sido. Considero que Ray Bradbury es un gran genio de la literatura que, además, es muy difícil encasillar.

Sus relatos me parecieron siempre demasiado bien escritos, demasiado humanos a pesar de situarse en un marco muchas veces fantástico, porque están inspirados en la vida diaria de las personas (eso es lo que lo hace único, a mi modo de sentir), dándole incluso un tono poético a muchos de sus cuentos. Siempre me impresionó que las atmósferas que crea en sus relatos son tan cotidianas pero le basta con agregar un elemento futurista para transformar ese relato aparentemente simple en una pieza extraordinaria.

Comúnmente se le conoce a Bradbury como escritor de ciencia ficción, pero él mismo ha declarado que no es de ciencia ficción, sino de fantasía, y que su único libro de ciencia ficción es "Fahrenheit 451" (llevada al cine por François Truffaut, con la maravillosa Julie Christie). Muchos fanáticos y aficionados de este género literario consideran a Bradbury muy poco representativo o directamente que lo suyo nunca fue ciencia ficción.

Su obra es amplia, sin embargo hay grandes hitos: sus libros de relatos Crónicas marcianas (1950), El hombre ilustrado (1951), Las doradas manzanas del sol (1953), El país de octubre (1955) y Remedio para melancólicos (1960), además de la novela ya mencionada.

Las Crónicas marcianas reflejan algunas de las ansiedades que prevalecían en la sociedad norteamericana de los años 50: el miedo a la guerra nuclear, el anhelo por una vida más simple, las reacciones contra el racismo y la censura, el miedo a los poderes políticos extranjeros.

Fahrenheit 451, por su parte, se sitúa en un futuro en que los libros son prohibidos. Resistiendo a ese Estado totalitario que quema los libros, un grupo de rebeldes textos enteros de literatura y filosofía para salvarlos.

En Remedio para melancólicos, Bradbury demuestra su maestría para crear personajes y situaciones con rápidas pinceladas y de cómo darle un giro fantástico a las situaciones cotidianas. Y el relato que da título al libro es increíble.

Pero no todo Bradbury es pasado: la artista norteamericana Rachel Bloom quiso homenajear al gran escritor en sus 90 años escribiendo la canción "Fuck me, Ray Bradbury". El tema trata de una chica fanática de la ciencia ficción, y en especial de Bradbury, que le dedica una canción como si fuera una estrella de rock. La chica se exita con los libros de Bradbury y hasta golpea a otra que lleva una camiseta con el nombre de otro escritor de ciencia ficción: Kurt Vonnegut. El video puede verse en el sitio de cooperativa.cl (porque en YouTube está censurado).

sábado, 28 de agosto de 2010

Conmovedor

Todo lo que surge en estos días desde el fondo de la tierra es realmente conmovedor. Hace dos días los mineros grabaron un video (que se puede revisar en todos los medios de comunicación del mundo) en el que muestran cómo viven, cómo se han organizado, cómo subsisten a 700 metros de profundidad y es sencillamente conmovedor. Porque remece la conciencia ver que ellos ríen y penan, asumen, esperan, detallan sus capacidades profesionales y, sobre todo, porque hasta se dan tiempo para agradecer.

Agradecen a los que trabajan en su rescate, a los familiares que esperan su retorno y ofrecen toda la ayuda que ellos puedan dar para cooperar desde ahí, desde el fondo de la mina, en las tareas del rescate. Así también, el relato que hacía hoy el ministro de Salud en Cooperativa, de cómo han evaluado los equipos médicos el estado de salud de los mineros también resulta conmovedor.

Y me voy a colgar de las palabras de Cristián Warnken, en El Mercurio del 24 de agosto, que escribe: "Todo ha ido derrumbándose alrededor nuestro en estos años (instituciones, convicciones, la república tal como la conocimos), pero el último derrumbe nos trajo una sorpresa inesperada, impensada...

"(...) Los mineros no están en un Infierno: somos nosotros los que estamos en él. El Infierno del sinsentido, de la falta de verdad y autenticidad. Ellos son nuestros Orfeos. Orfeo sacó a su amada Eurídice del Hades, el país subterráneo de la muerte. Ellos, con sus mensajes y sus lámparas, van a sacar a Chile de su extravío. Ellos son nuestros rescatistas.

"Hasta ahora teníamos un Bicentenario de cartón piedra, de fachada. Ahora, en esta espera, nos preparamos para nacer de nuevo. Es una espera de un largo parto. Es la tierra que va a dar a luz a 33 hombres. Pero en realidad somos nosotros los que vamos a nacer, porque estábamos dormidos y muertos. No bastó un terremoto para despertar. Necesitábamos un Gran Mito para agruparnos alrededor de él: y ésta no es una "noticia" más, sino un mito nacido del inconsciente del pueblo chileno. Como si la república quisiera nacer de nuevo, como si estos 33 mineros fueran sus hijos pródigos a punto de regresar. Y mientras no regresen, Chile no existe todavía.

"Habrá entonces que dejar hablar de Bicentenario: habrá que hablar del nacimiento de una patria nueva, una patria en gestación que se está incubando al interior de nuestras propias entrañas y alma. Una patria que gestaremos entre todos en estos cuatro meses de rescate, de rescate de nuestra propia esencia perdida. Una patria más pobre pero más rica, cuyos diamantes son los ojos de los más pobres. Una patria que quiere florecer -como desierto florido- con dolores de parto. Una patria de lámparas de minero y miradas limpias".

lunes, 23 de agosto de 2010

Impactante, emocionante

Este domingo, desde temprano, las informaciones en la radio indicaban que "algo podría pasar" respecto a los mineros atrapados.

En la tarde finalmente se conoció la noticia: la sonda había llegado a los 700 metros de profundidad y los mineros habían amarrado un mensaje y una carta a la sonda, confirmando que los 33 mineros están vivos.

Una explosión de júbilo invadió al país, porque era muy tensionante ver que los días pasaban y no se lograba hacer contacto con ellos.

Obviamente, yo no creo que sea "milagro" ni "gracias a Dios" que los mineros hayan sido ubicados, sino que es gracias al esfuerzo comprometido de los equipos de rescate, encabezado por personal altamente calificado de Codelco, que han trabajado "30 horas diarias" para llegar a resultados exitosos.

Por eso mismo, la imagen que me pareció más conmovedora es la de los trabajadores del equipo de rescate cuando se abrazaban y con emoción decían: "hueón, lo conseguimos".

jueves, 19 de agosto de 2010

Drama visible y drama oculto

Hay dos dramas en desarrollo en diferentes lugares de Chile.

En el norte, hay 33 mineros atrapados desde hace dos semanas en un socavón de la Mina San José, cerca de Copiapó, en Atacama. Es una situación terrible. Se supone que los mineros quedaron en un refugio de la mina, pero no hay ninguna seguridad en que eso sea efectivamente así. Para peor, se supone también que están a unos 800 metros de profundidad. Desde hace 12 días hay unas gigantescas y ultramodernas maquinarias que están haciendo sondajes para poder llegar hasta donde se cree estarían los mineros. La sonda llegó hoy a los 700 mts. y no dieron con el lugar. Mientras tanto, uno se pregunta que pasará con esos 33 trabajadores sepultados vivos bajo toneladas de tierra, piedra, arena y mineral. ¿Seguirán vivos?, podrán resistir?, estarán en un refugio efectivamente?, algunos de ellos habrá enfermado en ese encierro? o habrá enloquecido ante la incertidumbre? Es algo tremendo, muy tremendo. Este es el drama visible, el que está todos los días en los titulares y en la preocupación de la población.

Pero en el sur hay otro drama, del que los medios no hablan, porque son personas que tienen una posición político-ideológica diferente a la de los diarios y canales de televisión y porque el gobierno, a través del ministro del Interior autoritario y fascista que tenemos, debe estar presionando permanentemente para que pase inadvertido: hay más de 30 presos mapuches en huelga de hambre desde hace 38 días (desde el 11 de julio) en las cárceles de Concepción, Temuco, Angol y otras del sur del país. Los presos en huelga de hambre piden que se les deje de procesar por la ley antiterrorista y que no se les juzgue paralelamente por la justicia civil y la justicia militar. Este drama solo es visibilizado por los familiares de los detenidos, por sus compañeros de lucha y por la población mapuche solidaria con la causa de su pueblo. Muy poco por cierto.