lunes, 12 de octubre de 2009

When I'm sixty-four

Hace unos días se produjo una gran noticia, la que por estar preocupado de la salud de Mercedes Sosa pasé un poco por alto, pero que sin embargo no quiero dejar de destacar: los Juegos Olímpicos del 2016 fueron adjudicados a Rio de Janeiro. ¡¡¡Por primera vez tendremos una olimpiada en Sudamérica, en nuestro continente!!!

La máxima cita mundial del deporte estará aquí cerca (relativamente) y eso es un notición. Recuerdo que en este mismo sitio yo contaba, antes de los espectaculares juegos de Beijing 2008, que el mayor sueño de mi vida es poder presenciar unos Juegos Olímpicos. Para mí nada puede igualar la emoción de ver en directo a los mayores exponentes en su mejor forma y dando su máximo esfuerzo por llegar "más alto, más fuerte y más lejos". Estar en el estadio olímpico y ver a los mejores atletas del mundo (velocistas, fondistas, saltadores(as), lanzadores(as) debe ser impagable); estar en el gimnasio olímpico viendo a los(as) gimnastas en un espectáculo que si en televisión es espectacular como será en vivo lo mismo. Y así como el atletismo y la gimnasia olímpicos, están el ciclismo, el vóleibol, el básquetbol, el hockey, la natación, los clavados, la equitación y otras disciplinas que lucen como nunca en una olimpíada.

Y si bien estar en un mundial de fútbol también me atrae y convoca, el más cercano será no proprio Brasil el 2014. Sería espectacular ver a Brasil ganar su séptima copa en el Maracaná (porque la sexta la ganará en Sudáfrica), pero eso es demasiado ilusorio, prefiero pensar que uno podría ser capaz de juntar algo de dinero para los JJ.OO. del 2016 y no para el mundial del 2014.
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En todas estas cosas he estado pensando estos días, a propósito de los Juegos que llegarán tan cerca, cuando de repente se me ocurrió hacer cálculos y me di cuenta que en el 2016 tendré ¡¡64 años!! Me sorprendió mucho pero a la vez me alegró, por una razón super simple: por fin encontré una excusa para apropiarme por un ratito de esa maravillosa canción de Paul McCartney, que desde siempre tanto me gusta: "When I'm 64" (when I get older, losing my hair, many years from now... will you still need me, will you still feed me, when I'm sixty-four?) y que fue lo que finalmente me impulsó a escribir estas líneas que por desordenadas he tardado 4 días en atreverme a publicar.

Es la primera vez que le pongo edad a un hecho futuro y es una sensación bien extraña. No sé si a otras personas les habrá pasado, porque nunca lo he conversado con alguien. No sabemos qué ocurrirá de aquí al 2016, ¿estaremos vivos o no, estaremos sanos o enfermos?, quien lo sabe. Solo sé que cuando tenga 64 años, habrá una cita mundial en Rio de Janeiro a la que me gustaría poder sumarme...

¡porque tendremos Juegos Olímpicos el 2016!

viernes, 2 de octubre de 2009

Una inmensa tristeza


MERCEDES SOSA está grave, muy grave, en una clínica de Buenos Aires y esta noticia me llena de una profunda tristeza. Muchas veces he pensado que esas grandes figuras de la música que nos han acompañado durante 40 años ya están en los 60 ó más y que por lo tanto se pueden morir, pero otra cosa es escuchar que ese temor se hace realidad. Como decía ayer Víctor Heredia: "Estas cosas uno las imagina en el tiempo, allá a lo lejos. Pero de golpe, cuando pasan, a mí me devastan". Es que "la Negra" es parte de la vida de uno -mía y de muchos otros miles- porque pareciera que su voz ha estado presente desde siempre.

A fines de los 60 se hizo inmensamente famosa con canciones hermosísimas como "Al jardín de la República" (dedicada a su Tucumán) y "Alfonsina y el mar" y en el 70 grabó la "Canción con todos" de César Isella, que se transformó en un himno en todo el continente (...todas las voces todas, todas las manos todas...) y por años no faltó ni en guitarreadas ni en conciertos. En 1971 sacó el disco con canciones de Violeta Parra, que ha significado que a ella también la identifiquen con "Gracias a la vida", y en el 77 el disco con temas de Atahualpa Yupanqui (...yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar y una hermana muy hermosa que se llama Libertad...).

En un concierto en La Plata la dictadura la detuvo a ella y a todo el público asistente en 1979 y la Negra pasó 3 años en el exilio, hasta que en el 82 volvió en gloria y majestad con un concierto que llenó el Teatro Opera por días y días (del que son las versiones en vivo que puse en la 'rockola'), un disco que marcó los años 80, la vuelta a la democracia en Argentina y la lucha por los derechos humanos violados en dictadura (...tantas veces me mataron, tantas desaparecí, sin embargo estoy aquí resucitando...).

En esos años fue muchas veces a Quito. Con su voz y su fuerza lo llenaba todo. Cantaba "Todo cambia" (canción del chileno Julio Numhauser que habla del exilio, que ella popularizó en el mundo entero y que es uno de los símbolos musicales de los 80), "María María", de Milton Nascimento, que exalta a la mujer latinoamericana, "Un son para Cándido Portinari" y la bella "Serenata para la tierra de uno". Cuantas veces la vimos en el Coliseo Julio César Hidalgo, a veces cerquita y otras desde la general. Y junto a los amigos del exilio argentino la acompañamos incluso una vez a ella y a Hebe de Bonafini, presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, ¡qué gran honor!

Hoy su vida se va apagando, inexorablemente, pero no su voz. La legendaria Mercedes Sosa, la "Negra", la cantora, la intérprete mayor de la canción latinoamericana está hospitalizada, asistida por un respirador artificial. Su estado desmejora paulatinamente y hay miles de personas en el continente consternadas con la noticia. El libro de visitas en su página web y en los diferentes sitios de noticias de todo el mundo se han llenado de saludos, mensajes, emoción y cariño para ella. Como por ejemplo estas que reproduzco aquí, tomadas casi al azar:

«Con su admirable y profunda voz, "La Negra" enalteció a la mujer latinoamericana y las tradiciones musicales del continente.»

«Su voz ha vivido y vivirá por siempre. La tengo en el corazón por su arraigo social impregnado en su contenido musical. ¡Qué diera por ir a darle físicamente el beso grandote que le envío a su frente!»

«Fueron varias las veces que viniste a Nicaragua... era yo muy joven, pero fui a casi todos tus conciertos y con vos aprendí a amar ese folclore argentino y su carga social, que era poesía y en tu voz fue más que un canto hermoso, fue clamor... Y fue por vos que supe de las vivencias tristes que tantos han tenido que sufrir... Y ahora soy cantante y la tercera parte de mi repertorio me lo presentaste vos, única, insustituible, eterna Mercedes... Estás en mis oraciones y en las de los millones de personas que han tenido el privilegio de conocerte...»
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GRACIAS A LA VIDA...
Bueno, finalmente Mercedes Sosa murió en la madrugada del 4 de octubre (coincidentemente, el mismo día del natalicio de Violeta Parra). Miles y miles son las expresiones de pesar, los mensajes en internet, las declaraciones de personas "importantes" y sobre todo de los anónimos que la querían y admiraban, cuñas de los medios de comunicación en que recortan las opiniones, etc.

Uno podría seleccionar cientos de esas opiniones, porque nos representan, y entre todas ellas, me gustó la del actor Patricio Contreras: "felicitarnos porque la pudimos conocer y admirarla como la voz de un continente" (o algo así).

La Negra le cantó a la vida, a sus raíces y a la libertad. Fue la gran embajadora de la música latinoamericana en el mundo, la voz que identificó a nuestro continente en todas las latitudes, una voz poderosoa y gruesa, salida del fondo de la tierra.

Pero además era 'la Mama' de todos los músicos latinoamericanos. A todos los llamaba y acogía y tuvo el mérito de convocar siempre a los jóvenes. Y una muestra es que en su último disco, "Cantora", hace duetos con Shakira, Julieta Venegas y Calle 13 entre otros, que aparentemente uno puede pensar que nada tenían que ver con ella, pero que para su sentido de integración eran actitudes naturales.

Así, uno podría hablar horas de horas de Mercedes Sosa. Aunque su voz quedará siempre presente la extrañaremos, mucho.