viernes, 18 de septiembre de 2009

La fulgurante nueva canción chilena

Desde hace meses tengo la inquietud de escribir sobre esta "nueva" música chilena. He revisado material, he leído notas y entrevistas, he investigado y he escuchado en la radio lo que he podido, especialmente en Radio Uno. Porque lo que ha ocurrido me parece muy notable desde diversos puntos de vista. Espero poder explicarme adecuadamente.


Un recuento rápido
Haciendo una muy breve historia, los tiempos pretéritos fueron de los boleristas, después vino la Nueva Ola (desde 1958), el Neofolklore (desde 1964), la Nueva Canción (desde 1969), los "cebolleros" y grupos un poco alternativos, todo lo cual fue abruptamente interrumpido por el Golpe del 73. Con paciencia, entusiasmo y coraje se rearmaron los espacios culturales en dictadura y apareció el Canto Nuevo (en los 80) y después Los Prisioneros.
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Con la democracia volvieron en gloria y majestad los Inti, Illapu, Los Jaivas, que llenaron todos los escenarios de principios de los 90. Paralelamente coexistían trovadores, que habían empezado en las peñas de los 80 y pedían su lugar para el recambio pero que no lograron darse a conocer masivamente, siendo muy buenos, como Francisco Villa, Patricio Anabalón, Eduardo Peralta y otros, lo que produjo una especie de estancamiento de nuevas figuras, solo alterado por los grandes grupos de los 90, como fueron Los Tr3s y La Ley.


La llegada de los jóvenes
Pero de repente, en los últimos dos o tres años (aprox.), irrumpió un gran número de cantantes, jóvenes, que rompieron ese estancamiento y le han dado una fuerza y diversidad increible a la música popular en Chile. Francisca Valenzuela, Javiera Mena, Camila Moreno, Sabina Odone, Chinoy, Nano Stern, Manuel García, Leo Quinteros, Chico Trujillo, Los Difuntos Correa, Teleradio Donoso, Sinergia, De Saloon, Los Mono, Juana Fe y decenas más, junto a otros que venían de poco antes, como Denisse Malebrán, Los Miserables, Los Bunkers, Chancho en Piedra, etc., han llegado a sacudir la música de hoy con sus estilos y musicalidades más diversas. Rockeros, baladistas, folkloristas, raperos, hip-hoperos, reggae, punk y tropical, todos se mezclan y se ha dado el caso increíble que hace unos meses Radio Uno organizó un concierto con unos 150 intérpretes que desfilaron por dos escenarios durante unas 15 horas aproximadamente. Hace unos años eso hubiera sido imposible imaginar.
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Elementos comunes que veo
Y me interesa destacar algunas características comunes que yo veo en todos estos músicos:
En primer lugar, no traen la carga del Golpe a sus espaldas, aunque claramente no son ajenos a él. Son "progresistas" (por denominarlo de alguna manera), condenan la dictadura, pero no es su leit-motiv. Además que muchos de ellos nacieron bastantes años después del 73.

En segundo lugar, prácticamente todos ellos hacen una interesante interpretación de la música de Violeta Parra y Víctor Jara. Me da la impresión que no hay ningún cantante de esta nueva hornada que no cante algo de Violeta o de Víctor a su estilo, dándole una nueva vida a cada una de esas canciones. Hoy es posible escuchar las más variadas versiones de los temas de esos dos nombres esenciales de la música chilena y todas con algún valor e identidad especial. Partiendo por el "Run-run..." de Francisca Valenzuela, uno podría hacer una larga lista de covers que daría para un libro y no para un blog. Así también, algunos han recreado a Buddy Richard, Fernando Ubiergo, Los Angeles Negros.


El tercer elemento, es que siento a estos nuevos músicos muy ajenos al elitismo de La Ley y Lucybell, que en mi criterio -cómo decirlo- hacen una música muy "light", quitada de todo compromiso (con cualquier cosa, no me refiero al político), como "agringada" y creo que el mejor símbolo de eso lo dio hace unos meses Beto Cuevas, que vino a estrenar su nuevo disco con un concierto en Pucón, donde no haya 'chusma', supongo que esa sería la idea. ¡Qué más decidor!. Solo le faltó dar otro concierto en La Dehesa o Chicureo.

Otro dato es que en general estos nuevos músicos no están en la televisión, pero la popularidad que han ganado a través de la radio y sus presentaciones personales los llevará irremediablemente a ocupar ese espacio, sumado a la apertura que dicen traerá la televisión digital.
Y todos ellos utilizan masivamente las nuevas tecnologías. Sus conciertos se difunden por correo electrónico, facebook, messenger, MySpace y se llenan sus presentaciones (ver la nota de un diario del sur).
Por último, es notable ver que la mayoría de estos solistas y grupos interpretan sus propias canciones. Como decía Ubiergo en el último Festival de Viña, "ésta es una generación de nuevos trovadores chilenos entre los que están las nuevas Violetas y los nuevos Víctor".



Manuel García
Y de todos ellos, el más destacado, el referente más importante de la canción de autor en el Chile de hoy es Manuel García.
Nació en Arica, donde empezó a tocar y componer y se vino en los 90 a Santiago, conformando el grupo "Mecánica Popular".
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Combinando su trabajo con Mecánica, se dedicó a grabar sus primeros discos solista. Editó 'Pánico' el 2005 y 'Témpera' en el 2008, que han tenido gran éxito y trascendencia.
En el 2006 fue convocado por un músico penquista para poner la voz a la Orquesta Sinfónica de Concepción en un espectáculo único: 'Víctor Jara Sinfónico', que solo se hizo en vivo, no hay disco de ese gran proyecto. También ha estado en Barcelona participando en un proyecto conjunto con nuevos cantautores catalanes.

Encuentro espectacular la poesía y profundidad de sus letras y me impacta el uso de las cuerdas que hace en sus canciones. Algunas con violín, otras con chello, otras con viola, lo que les da una sonoridad absolutamente particular, tanto como el tono de su voz.
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Yo ya lo destaqué en diciembre pasado en dos notas, a partir de escuchar sus canciones en la radio y verlo en el concierto homenaje a Salvador Allende, diciendo que me parecía que va un paso más adelante de todos. Es el cantautor que sintetiza el surgimiento de esta nueva camada de músicos que poco a poco han ido ocupando espacios y que no me cabe dudas que significarán un aporte fundamental en la música popular chilena del siglo XXI.

viernes, 11 de septiembre de 2009

La justicia tard...

Hace unos días, el juez Víctor Montiglio resolvió procesar a 129 ex-agentes de la dictadura militar por su responsabilidad en tres emblemáticos casos de violaciones a los derechos humanos ocurridos tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973:
- El caso de calle Conferencia, en que la DINA secuestró y desapareció a toda la dirección del Partido Comunista en la clandestinidad,
- La Operación Colombo, por el que la represión asesinó a 119 militantes en su mayoría del MIR, y
- La Operación Cóndor, que fue el acuerdo represivo que establecieron las dictaduras militares del Cono Sur y que permitía el intercambio y traslado de prisioneros.

El juez Montiglio ordenó el enjuiciamiento como co-autores del delito de secuestro calificado de 64 ex-funcionarios del Ejército, 14 de la Fuerza Aérea, 11 de la Armada, 32 de Carabineros, 6 de Investigaciones y 2 de Gendarmería, todos ya en retiro, además de Manuel Contreras, ex-director de la DINA. De los encausados, 60 nunca habían comparecido ni habían sido mencionados en anteriores denuncias de violaciones a los derechos humanos, pues por primera vez se enjuicia a quienes conocieron los hechos y no los denunciaron, como agentes que cumplían labores de custodia y traslado de presos políticos.

El "Colectivo 119" señala que el juez Montiglio descubrió a los culpables, en una investigación tremendamente profesional, con un cruce de información nunca antes vista. Y su información y archivo llega a ser tan profunda y detallada, que le resulta fácil detectar la más mínima contradicción entre una, dos o diez declaraciones prestadas por la misma persona.

El título de esta nota la tomé de una declaración del abogado de derechos humanos Eduardo Contreras, al conocerse la noticia de estos procesamientos, porque me pareció muy simbólico el reconocimiento que lleva implícito. Contreras tiene el mérito de ser el primero que, en enero de 1998, presentó una demanda judicial contra Augusto Pinochet (quien todavía era comandante en jefe del Ejército) en nombre de Gladys Marín, por el secuestro y desaparición de su esposo, Jorge Muñoz, desde la casa de calle Conferencia.

A ello se suma que hace un tiempo, un año quizás, una de las principales dirigentas de la Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, no recuerdo si fue Viviana Díaz o Mireya García, declaró que con el paso de los años los jueces habían encontrado la verdad y ahora faltaba hacer justicia, porque verdad y justicia han sido las principales demandas de los familiares de las víctimas, que también por cierto son víctimas.

Estas declaraciones, de quienes están informándose y participando a diario en las causas de derechos humanos en tribunales me parecen muy importantes, porque reflejan que a pesar de las complejidades políticas inherentes al tema, los jueces han sabido llevar a cabo las investigaciones con tal acuciosidad, que en la casi totalidad de los casos se ha logrado establecer exactamente qué pasó, quién lo hizo, quién mandó y quién ejecutó. Otra cosa es que después se determinen las sentencias correspondientes a los delitos, porque muchas veces las instancias superiores rebajan las penas establecidas por los jueces instructores.

Prueba de ello es el caso del asesinato de Víctor Jara, que por más de 30 años permaneció sin que se pudiera establecer fehacientemente lo ocurrido y sus responsables, hasta que por fin en este año un "pelao" de la época confesó su participación, con lo que se reabrió la investigación y el juez ha podido finalmente avanzar en el esclarecimiento de la muerte de Víctor.

Y todo esto no ha ocurrido porque los jueces sean "comunistas", "concertacionistas" o "anti-pinochetistas", sino porque los testimonios y hechos que les ha tocado investigar son tan elocuentes que les basta con cumplir su deber para enjuiciar, encausar, procesar, sentenciar y encarcelar a los torturadores y asesinos. De esta forma, hay más de 500 oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas, principalmente del Ejército, más algunos civiles, cumpliendo penas de presidio en las cárceles levantadas para ellos, en especial en Punta Peuco. De entre ellos, un pequeño grupo se lleva todos los premios: el 'Mamo' Contreras, Espinoza, Krassnoff Marchenco y algunos nombres más que se repiten en innumerables juicios y acumulan decenas de sentencias de prisión, por ser los más crueles y abominables seres humanos que ha producido este país.

jueves, 3 de septiembre de 2009

De utilidad pública

Por favor, apadrinemos a un flaite y regalémosle un par de audífonos.
Dejarían de andar con el celular a full escuchando sus regaetones.
O, más bien, podrían seguir escuchándolos pero sin martirizar a los demás pasajeros en los buses.
Ya sé que muchos de los que lleguen a este espacio no usan locomoción colectiva, pero para los que tenemos que usar los buses a diario es demasiado castigo tener que soportar durante largos viajes ese sonido monótono y desechable del regaeton.